Hundimiento

Capítulo 14

 -Vine a verte porque estaba preocupado por ti-Dijo Johnatan sentándose en el sofá en el que alguna vez durmió-Últimamente estás muy ausente y quiero saber cómo te encuentras.

 -¿Cómo me encuentro? A ver, ayer fue el aniversario de la muerte de mi hermana y estoy agotada de intentar ser perfecta para mi familia y para mis amigos, agreguemos algo más, ningún chico me quiere porque soy una mierda de persona, quiero borrar todas mis pecas, hacerme una rinoplastia y de paso hacerme la cirugía para aumentar el tamaño de mis pechos; creo que me encuentro bien-Dijo Camelia a punto de llorar-¿Tú cómo estás?

 -Qué importa cómo estoy yo, Cam pero no estás bien y debes abrirte más yo siempre seré tu hombro para llorar.

 -¡No quiero que seas mi hombro para llorar!

 -Deja de ocultar todo lo que te sucede y háblame.

 -No estoy ocultando nada, tú nunca me hablaste de lo que te sucede y viniste una noche borracho dejándome preocupada porque no terminaste de contarme.

 -Mi madre le fue infiel a mi padre hace veinte años y nací yo, no es la gran cosa pero lo superaré en cuanto confíes en mí porque tú tienes que hablarme, cuéntame todo lo que te pasa.

 -Hace tres años que murió mi hermana...ayer fue el aniversario y no puedo creer-Camelia empezó a llorar-Que las últimas palabras que le dije fueron "Desearía que estés muerta"-Camelia empezó a sollozar sentada en el sofá, con Johnatan rodeándola en un abrazo-Y ahora mis padres perdieron a su niña perfecta y yo debo ser la que la reemplace, no tengo su cuerpo, no soy perfecta como ella y eso me duele tanto...

 -Cam, ninguno de tus padres te pide que seas perfecta y tampoco tus amigos, porque nadie es perfecto; te amamos de la forma de la que eres.

 Ambos estuvieron en el sofá con la joven pecosa llorando en el hombro del pelirrojo, la chica se había empezado a acostar lentamente en el sofá para poner su cabeza en el regazo de Johnatan mientras que él acariciaba su brazo, el tiempo pasaba en el departamento de la joven Aubriot pero ellos no querían levantarse, estaban teniendo un momento de amigos a pesar de que ninguno de los dos sabían que el otro fantaseaba con ser más que amigos, ninguno de los dos había mostrado señales, eran dos amigos ciegos en un juego.

 Johnatan se recostó en el brazo del sillón y ambos se acomodaron, la castaña estaba recostada en el pecho del chico esta vez, después de llorar necesitaba dormir, a pesar de que ya había dormido toda la mañana cerró los ojos mientras que el pelirrojo la miraba dormir, suspirar y mover sus labios, susurrando palabras sin sentido pero él también cerró los ojos pensando que sería lo más cerca que estaría de Camelia, acariciaba su cabello castaño rascando la superficie de sus fantasías porque jugaba con él girándolo haciendo que en su cabello se formaran pequeños rulos.

 Camelia se había pasado la tarde en el sillón viendo televisión junto con Johnatan, ambos habían faltado a clases, la castaña se dejó mimar y dejó que el pelirrojo hiciera el almuerzo, dejó que la alimentara y se acurrucó a él como si fuera una niña pequeña mientras veían una película, la chica por primera vez en mucho tiempo se sentía en paz no tenía en mente ni a Laurence ni a las imperfecciones de su cuerpo, solo lo tenía a él y lo bien que la trataba, ese cabello naranja y esa pequeña barba que le estaba saliendo y no olvidaba de las pecas que reinaba en sus brazos.

 No estaba enamorada a pesar de que pensaba en él todos los días y que imaginaba que lo besaba bajo la lluvia como si fuera la película romántica que estaban viendo, solo estaba feliz de tenerlo aunque sea por un día para ella, allí se encontraban la castaña tomando un té de hierbas ya que Johnatan dijo que tal vez eso la aliviaría mientras que él tomaba un café, ambos sentados en el sofá mientras que la gente en el exterior caminaba apurada para ver si podían agarrar calor en el medio del otoño y los pocos días que faltaban para el invierno.