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UN FUERTE ESTALLIDO SE ESCUCHA de afuera y los gritos de un gato fueron suficientes para despertar al grupo. La cabeza de Alice rápidamente mira hacia arriba mientras miraba a su alrededor. Comenzó a extrañar el cuerpo de Gabriel contra el suyo, pero lo dejó pasar. Su cabeza latía con fuerza.
Zhenzhen los miró puso su dedo sobre su boca para indicarles que se callaran.
Alice asintió con la cabeza y miró a Gabriel. ─Tenemos que irnos─ Habló en voz baja.
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Los adolescentes se cambiaron bastante rápido hace unos minutos y ahora caminaban silenciosamente hacia donde estaba el tendedero, pisando suavemente el césped. Alice se quedó atrás de Gabriel, mirando a su alrededor con frecuencia, temiendo que alguien pudiera venir fácilmente desde cualquier ángulo y matarla a ella oa cualquiera de ellos, en ese mismo momento.
─¿Ves algo?─ Pregunta Dariush desde el otro lado de las mantas.
Gabriel niega con la cabeza ─No, vamos─ Él susurra.
En el otro lado estaba Zhenzhen, haciendo callar a los tres para que lo que fuera no pudiera escucharlos. Gabriel giró a la izquierda cuando Alice estaba revisando una esquina.
Se volvió hacia donde estaba originalmente para ver que no estaba allí, el pánico se apoderó de ella.
Miró alrededor de las mantas hasta que una mano enguantada se colocó sobre su boca, un grito tratando de escapar pero fue amortiguado por la mano. Alice grita en silencio pidiendo ayuda mientras la arrastran cerca de un hombre con una escopeta, que se coloca detrás de él.
Vio que el mundo se volvía negro cuando una venda le cubría los ojos, la mano que estaba en su boca fue reemplazada por una mordaza en su boca para evitar que haga ruido y sus manos atadas frente a ella.
─¡Oh, mierda!─ Alice oye gritar a Dariush cerca.
─Ni un paso más, muévanse ¿Qué diablos hacen aquí? Hay una invasión alienígena─ Habla una voz desconocida.
Alice sabía que el grupo no podía verla debido al gran hombre frente a ella.
─Ah, sí, bueno, ustedes parecen de la purga. Ese es otro género─ Dijo Dariush.
─Oh, te crees muy gracioso─ Habla otra voz desconocida.
─¡Mire, hay alienígenas aquí! ¿De acuerdo? ¡No somos el enemigo!─ Gabriel habla, lo que hace que Alice sienta que una lágrima sale de su ojo cuando escucha la recarga de una escopeta.
─Ustedes tienen algo que queremos. Podemos hacer un trato─ Le dijo él desconocido.
