Nexo (DamiRae Week)

Secretos

Día 1 Familia.

Advertencia: Contenido sexual explícito, procedan con discreción

Sus labios se encontraron por primera vez en semanas, moviéndose de manera apasionada, salvaje, en más de una ocasión, los dientes se encajaban en labios ajenos, jadeos escapaban y el deseo de probar más los embriagaba.

¿Cuántas veces no intentaron alejarse? ¿Cuántas noches no repitieron que sería la última vez?

Palabras vacías, promesas sin sentido que se veían opacadas cuando sus deseos salían a flote.

El magnetismo que los unía era algo innegable, desde la primera vez que se vieron, surgió una química difícil de explicar, era como si fueran el uno para el otro.

Lástima que las circunstancias no eran las más óptimas para un romance, por eso se escondían, se mantenían en secreto de los demás.

Las manos de Damian descendieron por el glamuroso vestido que Raven usaba, no podía romperlo, no podía dejar evidencia de su encuentro, ni siquiera en la porcelana piel de la mujer, esto era un secreto entre ambos, y no había manera que todo por lo que trabajaron se viera destruido por un descuido innecesario.

Ella por su parte, podía dejar marcas donde quisiera.

Con cuidado, y en contra de su voluntad, se separó de los labios de su amante, para quitarle el vestido.

Una sonrisa ladina se adueñó del rostro de Damian cuando sus esmeraldas ojos contemplaron la desnudez de Raven, era perfecta, no importaba cuántas veces la viera desnuda, siempre le parecería la mujer ideal... El único problema era el matrimonio que Raven sostenía con su padre.

Ambos sabían que esto no estaba bien, desde la primera vez que se vieron en la fiesta para celebrar el matrimonio del patriarca Wayne y su adorable mujercita, sabían que sería imposible, aún si ella se separaba de Bruce, sostener una relación seria.

No obstante, la tentación era una cosa peligrosa, y de alguna forma, en una de las reuniones familiares, terminaron enredándose.

Disfrutando el dulce néctar del pecado, y eso se siguió repitiendo por algunos años, a veces pasaban un tiempo sin hacerlo, para no levantar sospechas.

Pero otras, cómo está, les era imposible alejarse hasta consumar, aún cuando fuera de la habitación se desarrollaba una fiesta en honor al aniversario de casados de Raven y Bruce.

Los labios de Damian fueron dejando suaves besos en la piel, mientras su manos acariciaban los muslos, ambos sabían que no tenían tiempo, y aún así, disfrutaban los pocos minutos que tenían para ellos.

Raven jadeó al sentir los dientes de Damian cerrarse con suavidad sobre su aureola.

Sus manos, ahora libre de guantes, comenzaron a desabrochar la ropa de Damian, liberando la acanelada piel, sus dedos deslizaron la tela aprovechando de tocar cada centímetro.

Sus ojos se encontraron, unos segundos, y solo eso bastó para retomar el apasionado beso.

La espalda de Raven chocó con la fría superficie de la puerta, ambos pares de manos exploraban como si fuera la primera vez el terreno prohibido, la rodilla de Damian separó las piernas de Raven, mientras sus dedos comenzaban el recorrido a su clitoris, acariciando de forma circular, sus ojos esmeraldas se abrieron, para contemplar los sensuales gestos que predominaban en la expresión de su amante.

Cada movimiento de aquellos amaestrados dedos, hacia que un escalofrío recorriera el cuerpo de Raven, Damian sabía dónde tocar y que tanta fuerza ejercía para que ella estuviera jadeando su nombre, era increíble cómo Damian la hacía tocar el orgasmo con solo unas caricias.