Había una vez alguien infeliz...
Alex
Veo a través de mi ventana como la lluvia cae. Veo a niños jugando, veo a gente tratando de no mojarse, veo lo que debería ver.
Dentro de dos días volveré al instituto. Como odio ese lugar enserio lo odio. Por primera vez en años si quiero mudarme, pero el contrato del trabajo de mi padre se extendió por un año más. Mierda, no se si logre soportar más.
Me considero un chico normal, inteligente, honesto, callado, simpático, de buen carácter, la sociedad hoy en día considera eso malo o incluso raro. A la mierda la sociedad, yo soy como soy, pero joder enserio el mundo esta bien jodido.
Desde que pise ese instituto mi vida no volvió a hacer la misma, y regresar ahí es como estar en el mismísimo infierno o no se si el infierno es peor.
Dejo mi taza de café en la mesita de la sala y camino hacia la cocina en busca de algún dulce. Es costumbre tener chocolates o tartas por mi hermano Connor, ese pequeño bastardo consentido que se roba el corazón de medio mundo. Antes de que naciera ya se había robado el corazón de mis padres.
Después el mío, no lo odio al contrario soy afortunado en tenerlo como mi hermano menor.
—¡Ander! —la voz del pequeño bastardo se hace presente con su toque de voz chillona— ¿Dónde estas?.
Me volteo a verlo con una sonrisa a medias mientas muerdo el chocolate.
—¡Enano! —ahora lo llamo yo— tú, ¿Dónde estabas? —le cuestionó señalándolo de manera acusatoria.
—Jugando en la lluvia ¿Qué más? —me mira con obviedad. Y claro que esta diciendo la verdad porque esta todo empapado, me reiría de su estado si no fuera porque a mi me regañarían mis padres si lo encuentran así
—Connor Weaver, sabes perfectamente que no puedes salir a jugar con tanto frio —lo regaño y tomo mi posición de autoridad como el hermano mayor que soy.
—El mayor eres tú, ¿no? El amo del orden —estúpido, cree que puede chantajearme.
Rio ante lo que me dice, lo tomo del cachete.
—Así es, yo doy la orden tu obedeces pero como no lo hiciste ¿Quién queda mal?.
Él entiende lo que acabo de decir, sabe que tiene que obedecerme porque así como él me acusa injustamente con mis padres yo se lo hago peor. Es un chico listo.
—De acuerdo tu ganas —se cruza de brazos.
—Bien pequeño bastardo anda a bañarte y cámbiate de ropa antes de que papá y mamá vengan. —demandó aún conservando mi tono autoritario.
—Tienes que dejar de llamarme así —refiriéndose al apodo "pequeño bastardo".
—Es que eres pequeño y un poco bastardo —llevo llamándolo así por años así que no se molesta mucho solo pone mala cara y obedece mi orden.
Voy a mi habitación a preparar todo para mañana, soy muy organizado. Ordeno todo con un tanto de tristeza. Siento también un poco de asco cuando tomo el uniforme de ese instituto.
La historia es esta, desde que pise ese lugar pensé que todo iba a cambiar y a hacer diferente, si lo fue, pero no de la mejor manera. Me llevaba mal con los hombres porque llamaba mucho la atención de las chicas, las chicas me creían raro porque era muy listo y prefería leer y estar solo que socializar con ellos.
Comenzaron a creer que era un marica por ser diferente, menudos idiotas, han estado hostigándome con eso por todo el año. Pero no me pueden hacer nada ya que saben que mi padre es alguien respetable.
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Destinados [Libro #2] ®
Teen FictionNúmero #2 de la bilogia ["Destino Invisible" ] Antes de que Alex Weaver conociera a su Cielo, tuvo una vida bastante dura y lo superó solo como siempre lo había hecho, o tal vez no del todo y al conocer a Hannia Valentine su vida cambió tanto como...