Marianne la había llevado a casa de los Cullen al mediodía, no había querido darle muchos detalles pero sabía que la mujer se imaginaba de qué iba la cosa.
Louisa tocó la puerta intentando calmar el temblor de su cuerpo, sabía que Jasper no tardaría en aparecer y tendría que decírselo, ser sincera y no ocultarle lo que realmente pensaba.
El rubio abrió y la abrazó, Louisa le devolvió el abrazo, sintiendo el frío cuerpo de Jasper contra el suyo.
—Lo siento —murmuró Jasper—. Lo he hecho mal y lo sigo haciendo mal, probablemente siga haciéndolo mal.
La castaña sonrió a medias.
Jasper se alejó unos centímetros de ella y le acarició el rostro, el cabello. Louisa cerró los ojos al sentir las manos familiares de Jasper sobre ella, siempre disfrutaría de su contacto.
—Probablemente —respondió ella, sin rencor en su voz.
Louisa no sabía cuánto tiempo llevaban abrazándose, quizá unos minutos o tal vez el tiempo había volado y llevaba horas así.
—¿Cómo te sientes? —acabó por preguntar el rubio.
La chica sonrió levemente.
—Mejor que nunca.
Tomaron asiento en el sofá que estaba en la habitación de Jasper, Louisa lo tomó de las manos y lo miró. Los ahora negros ojos del rubio resplandecían al verla, Louisa sabía que sus ojos hacían lo mismo al verlo.
—Quiero ser sincera contigo. Te amo, Jasper, te amo como nunca he amado a nadie y estoy enamorada de ti.
El rubio sonrió de oreja a oreja.
—Normalmente ensayo las cosas antes de decirlas, pero esta vez no tuve tiempo de hacerlo, lo diré justo como vino a mi mente. Te amo, Jasper, y te amaré por el resto de mi vida... —hizo una pausa—. Pero no estaré contigo, no porque no te ame, no porque no esté enamorada de ti; lo hago y lo estoy. Lo pensé por días, le di vueltas y vueltas intentando tomar la decisión correcta, bueno, no lo llamaría decisión correcta. Sé que tú eres la decisión correcta aunque no vaya a elegirla.
»No puedo estar contigo, Jasper, porque necesitaste perderme para darte cuenta de lo equivocado que estabas. No puedo estar contigo porque no pudiste ser sincero hasta que me creíste muerta. Y me mentiste, me hiciste a un lado a mí y a lo que yo quería por enfocarte en ti y en lo que tú querías, y lo entiendo, realmente lo entiendo. Sé que tienes una familia, sé que tienes preocupaciones, sé que sientes y te duele. Pero olvidaste que yo también siento, olvidaste que yo también tengo una familia y preocupaciones, olvidaste que igual me duele. No puedo decirte egoísta porque lo que hiciste no lo hiciste pensando en ti, lo hiciste pensando en los demás y eso es algo que admiro de ti, cómo estás dispuesto a dejarlo todo por tu familia. Pero me dejaste a mí también.
»La verdad es que no te culpo por lo que pasó, no fue tu culpa ni tampoco de nadie, fui yo quien tomó la decisión de estar contigo, de quedarme a tu lado sabiendo cómo serían las cosas. Si tenemos que culpar a alguien es a mí, porque lo sabía y lo hice aún así. No me arrepiento, no pienso hacerlo porque eso me dio tiempo junto a ti. Tiempo que yo necesitaba, tiempo que tú necesitabas.
»Sé cuánto te duele que hable de esto pero necesitas saberlo, necesitas saber el por qué. Cuando nos conocimos las cosas fueron mágicas, nos amamos cuando apenas sabíamos algo el uno sobre el otro, nos aceptamos y cuidamos mutuamente. Fuimos el amor correcto en el momento correcto. Sin embargo, yo no sabía lo que era amor, no tenía ni idea de en qué consistía, sólo sabía que te amaba aunque no tuviera ni idea de qué significaba eso. Entonces te fuiste, lloré, me enojé, incluso te odié por irte, por dejarme; no alcanzaba a comprender tus razones. Ahora lo hago. Creo que se requiere amar demasiado a alguien para poder alejarse, sin embargo, fue Edward quien se tenía que alejar, no tú. No sé si el invitarme a irme contigo fue un pretexto, sabías que yo dudaría y quizá si te ibas porque yo no había dicho que sí te sentirías menos culpable. No sé si funcionó, para mí no, no cuando me quedé sin entender nada, sin parar de darle vueltas y sentirme culpable. Y, perdón que lo diga así, pero fue egoísta, fuiste un egoísta al intentar culparme a mí para absolverte a ti de ello.
»Fue entonces cuando Paul se cruzó en mi vida, sin buscarlo, sin querer encontrarlo, simplemente apareció. Fue hasta ese momento cuando comprendí lo que era amar a alguien, lo que era enamorarse. Sé que se puede amar sin conocer a alguien, yo misma lo hice, pero al no saber cómo es una persona nunca podrás estar seguro de nada, jamás sabrás cómo va a reaccionar. Tuviste que irte para que yo pudiera conocerte. Nunca te había visto en tu peor momento, Jasper, nunca te vi molesto, ni desesperado, tampoco triste o impulsivo. Nunca me dejaste conocer esa faceta tuya porque querías que las cosas fueran perfectas y no lo son, nunca lo serán. Y yo hice lo mismo, no permití que conocieras mis defectos, el coraje que puedo llegar a sentir o cuánto rencor puedo guardar. Y no lo hice a propósito, al igual que tú, quería que las cosas fueran perfectas.
»Cuando volviste, no voy a negártelo, estaba furiosa, sentía tanto coraje hacia ti y todo lo que tenía que ver contigo. No paraba de darle vueltas ni recordar el daño que me habías hecho, el hueco que me dejaste. Te amaba, justo como te amo ahora, pero estaba tan molesta... Y, sin embargo, aún tenía mucho miedo de lo que pudiera ocurrir, no podía atreverme a hacer muchas cosas por miedo a cómo reaccionarías, por miedo a perder la oportunidad contigo.
»Probablemente nunca lo habría hecho de no ser por Paul, sé que si no lo hubiera conocido estaría haciendo lo mismo que Bella en este momento. Pero tenía que hacerlo, necesitaba conocerlo para entender que siempre hay opciones, que siempre se puede mejorar, que estamos en esta vida para equivocarnos una y otra vez, para atrevernos y hacer todo tipo de tonterías. Estamos aquí para vivir.
Sonrió levemente mientras las lágrimas le corrían por las mejillas.
—Sé que al decirte esto estoy poniendo fin a algo que pudo ser maravilloso, estoy dejando la eternidad a un lado para ser una chica común y corriente con problemas tontos y una familia imperfecta.
»Al final, la decisión no fue a quién amaba, los amo a ambos, los amo hasta la locura; jamás podría haber elegido a uno de ustedes. La decisión fue sobre quién quería ser, en qué quería convertirme... Antes no lo sabía, ahora sí. Quiero convertirme en una persona feliz, en alguien que lucha por sus sueños, en alguien que vive al máximo cada segundo porque, como bien sabemos, la vida acaba cuando menos te lo esperas. Quiero mirar por la ventana dentro de unos años y ver a mis hijos correr por el jardín, quiero reírme a carcajadas cada que ocurre algo e incluso quiero pasar por el duelo que supone perder a alguien. Sé que algún día me enfermaré, incluso moriré; también voy a envejecer y mi piel se colgará y se llenará de manchas, mis ojos perderán el brillo y me dolerá cada hueso del cuerpo. Pero es lo que quiero, Jasper, y no puedo incluirte a un mundo donde sé que tú no perteneces. Y tampoco puedo inmiscuirme en el tuyo sabiendo esto, sabiendo que siempre me faltará algo.
Louisa tomó una bocanada de aire y miró a Jasper, quien tenía la cabeza gacha.
Le acarició la mano suavemente antes de salir de la habitación hecha un mar de lágrimas. Lo había hecho, había decidido.
En cuanto salió de la casa se encontró con Jasper, seguramente había saltado por la ventana.
—Voy a amarte por toda la eternidad, Louisa Evans.
La chica sonrió y dejó que las lágrimas le empaparan el rostro y el cuello. Jasper la abrazó y le dio un beso en la coronilla.
Vio al rubio mirarla una última vez antes de desaparecer.
Todo había terminado.
Les dejo el siguiente capítulo, después de hacerlas esperar tanto. Intentaré subir el siguiente lo más pronto posible, de preferencia en esta semana.
Gracias por tanto<33
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brown eyes || jasper h. & paul l.
Fanfiction❝Son como un rompecabezas... sólo funcionan cuando están juntos❞ Portada hecha por marveltwd. Los personajes pertenecen a Stephenie Mayer, salvo por Louisa y su familia. Todos los derechos reservados. Fanfic Jasper Hale y Paul Lahote.