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Me encuentro en mi cama mirando el techo, siento ansiedad por lo que está por venir, la cosecha que todos los años un día llega, y éste año, el día es hoy.

Me levanto y me visto, con una simple ropa que se basa en un pantalón gris y una remera blanca, a parte de las medias y zapatos. Me dirijo hacia la puerta con las llaves en la mano. Abro la puerta y me dirijo hacia donde están los cerdos. Le acaricio la frente a un cerdito que está en una esquina, temblando por el frío de la mañana.

Me limpio las manos en mi pantalón y sigo caminando hacia la otra puerta, que es la de la panadería. La abro con las llaves y me dirijo hacia la cocina. Al entrar veo que he dejado 2 pasteles sin decorar de la noche anterior. Me pongo mi delantal de cocinero. Tomó 3 pinceles en mi mano izquierda y las pinturas comestibles en otra. Mojo un pincel en la pintura rosa, cuando alguien empieza a acariciarme la cabeza. Noto que es mi padre por sus manos tan grandes.

"No importa, hijo, tu, vete a bañar y yo las termino" me dice mi padre. Entonces yo voy al baño y me encuentro con la tina llena de agua caliente.

Me la paso como media hora, hasta que salgo y con unas toallas me seco. Cuando abro la puerta, envuelto con las toallas me encuentro con una camisa blanca nueva y unos nuevos pantalones grises.

Me visto y salgo.

Pan Quemado - Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora