Capítulo 2: "Ella"

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Se que sonará a cliché, pero créanme esta historia no lo es tanto como podrán imaginar.

Hace unas semanas mi sistema estaba recibiendo avisos de que mis creadores me estaban buscando y que cada vez estaban más cerca de mí.

Mi ubicación actual es Londres, Inglaterra. Volví a recibir otro aviso de que definitivamente estaban muy cerca de mí, así que tuve que correr. Corría a la mayor velocidad que mi sistema humanoide me lo permitía. No sudaba, pero a pesar de que a la vista pareciese que fuese una perosna que hacía ejercicios diariamente, la verdad es que nunca había corrido tanto y mis engranajes no estaban preparados para eso. Me empecé a tambalear y choqué con ella, la chica que me hizo cambiar de parecer.

Era más bajita que yo, calculé unos 165 centímetros, delgada, como dicen los humanos "plana", cabellera en color negro pizarra y en las puntas era rojo, pecas, un lunar debajo de su ojo el cual era gris, casi del mismo color que su cabello, pómulos ligeramente rosados y casi tan pálida como yo.

—¡Hey, mira por donde caminas!— Fueron las primeras palabras que le oí decir.

Ciertamente fue el momento de mi vida en el que más estúpido me vi, me quedé quieto sin decir nada, solo la miraba a los ojos. Como dije antes, no había interactuado con humanos a nos ser en ocasiones esporádicas, así que que sabía hablar fluido, para nada se notaba que fuese un robot por ese aspecto, pero digamos que mi rostro aún no era capaz de mostrar todas las emociones, él simplemente se negaba a moverse con facilidad.

—¡Oye, espabila!, ¿no piensas al menos pedir perdón?— fueron las palabras que escuché y que me hicieron salir de la especie de transe en el que estaba

Rápidamente moví mi cabeza a los lados para activarme, primero dije
—你好— ("Hola", en chino), volví a mover mi cabeza a los lados llamándome a mi mismo imbécil, cambié mi idioma y lo intenté de nuevo

—Si, Hola— le dije con una voz mesurada
—Es todo lo que vas a decir— me respondió ella mostrando confusión en su rostro
—Si, disculpa, no quise hacerte daño, ¿estás bien?— le dije entrecortado
—Si tranquilo, solo me asustaste— dijo ella relajándose después escuchar mi masculina voz
—Vale, en serio lo siento. ¿Como te llamas?— Jamás le había preguntado eso a alguien, pero me daba curiosidad su nombre
—Me llamo Stephany, ¿y tu?— me respondió mostrando por primera vez su voz tierna y dulce
—Yo...— dije sorprendido ya que aún no tenía un nombre humano. Me configuraron entre otras cosas para ser educado, así que no tenía opción, debía decirle el que tenía ya que ella me había dicho el suyo. Sino lo hacía, estaría fallando a la moral con la que fui creado y no me lo perdonaría –Yo me llamo....


Fui interrumpido por los señores que me buscaban. Una cuartilla de hombres en trajes militares, chalecos antibalas y escopetas en sus espaldas me tomaron por los brazos. Intentaron amarrarme hasta con cadenas, pero obviamente no pudieron.

Oía a la chica que acababa de conocer preguntando que pasaba y uno de los soldados le contestó que yo era sólo un robot y que debía alejarse de mí.

Entonces intenté activar todas mis fuerzas, pero uno de los soldados tocó un pequeño botón que tengo en la parte trasera de mi oreja izquierda. Era un botón con una luz LED azul y unos cuantos cables a su alrededor que se introducían en mi piel. Yo ni siquiera sabía que estaba ahí colocado, pero era el botón capaz de desactivar y activar mi sistema completo. Al tocarlo me apagaron y quedé inconsciente, al parecer detenerme no era tan difícil como creía.

Yo Te Llevo a CasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora