Capitulo 26

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AIDAN

«Actúa normal y no hagas nada estúpido», guardo y repito las palabras en mi cabeza una y otra vez para no arruinarlo. Estoy en la cuerda floja por la escena de ayer. Tengo que esforzarme esta noche. Es obvio para todos los que nos vean, y ella insiste en negarlo. Podrá engañar a otros pero no a mí, conozco cada uno de sus papeles y actuaciones, y el que las haga cuando quiere provocarme solo me prende.

Acomodo mi traje y me preparo para tocar la puerta, pero mi intento se ve arruinado por la mujer más hermosa que mis ojos han visto.

Lleva un vestido negro de terciopelo, el escote se le acentúa perfectamente y lleva una abertura en el muslo izquierdo. Pero la vestimenta se queda corta cuando llego a su rostro encontrándome esos ojos cafés preciosos que me reparan de la misma manera en que yo lo hago con ella.

—¿Espiabas por la ventana? — pregunto con burla, intentando bajar mi tensión cuándo veo una rendija de la cortina abierta, y el que haya abierto cuando apenas iba a llamar, me lo confirma.

—No, y cállate antes que me arrepienta

Extiendo el libro hacia ella.

Lee el titulo y sonríe: —¿Un libro? ¿Sabes? algunos regalan flores, pero tu vienes y me das un libro 

—Albert Einstein decía que un buen libro dura toda la vida, las flores se marchitan en cuestión de días

—En estos tiempos se les atribuye cualquier frase a los físicos, esa frase no está autenticada — habla

—¿¡Me estás diciendo que es falsa!?

—Muy falsa — se ríe

Pasa delante de mí yendo hacia el auto y le permito a mis ojos deleitarse con el contoneo de sus caderas y su culo, pero la vista dura poco porque me adelanto para abrirle la puerta.

—Háblame más de Einstein — pido

—Inclusive si esa frase fuese real — comienza — Él fue un pésimo esposo y padre. ¿Sabías que su segunda esposa, Mileva lo ayudó a encontrar la teoría de la relatividad? No se le da el suficiente crédito, ellos se conocieron en el colegio, ella tenía notas incluso más altas que él. La embarazo y ella tuvo que abandonar sus estudios, claro — deja salir una risa —La dejo sola durante todo el embarazo y nacimiento

—En conclusión, ¿no debo soltar frases sin saber si son reales?

—Exacto — me da la razón

—Anotado

Sonrió al llegar y estiro mi brazo, ofreciéndoselo y ella no duda en tomarlo, veo sus tacones, son más altos que los de la última vez, y solo pienso en lo mucho que la puedo cansar para llevarla en brazos.

—Señor — el guardia da un asentimiento cuando nos acercamos —Buenas noches

Devolvemos el saludo y nos dirigen al elevador, el Restaurante tiene varios pisos y niveles, presionan el botón que nos lleva al último piso y nos dejan solos.

—Escogí un restaurante francés — comento antes de entrar a la sala —Espero no te moleste

—Mientras haya comida y tu pagues — me sonríe y de repente siento que necesito algo para la baba — Para mí está bien

Entramos y el lugar se encuentra completamente solo, a excepción de nuestra mesa que está ubicada al centro con vistas a la ciudad.

—¿Qué es esto? ¿Reservaste todo el restaurante para nosotros? — pregunta acercándose a la ventana y me acerco a ella tensándola

GIVE ME A CHANCE | #1 | Trilogía OportunidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora