Capítulo 24

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Cuando nos separamos del abrazo me di cuenta que Poche solo tenía puesta de la cintura hacia arriba un top y estaba descalza.

Fruncí mi boca, la miré y le dije:

- Por lo que veo no te dio tiempo de terminar de vestirte- me miró confundida- solo te faltaba venir sin pantalones- se miró y comprendió todo.

- Cuando desperté y no te vi a mi lado pensé que estabas abajo, con los demás, así que me di una ducha. Mientras me ponía el pantalón sentí tus emociones y supe que algo no estaba bien. Bajé, te busqué y al no encontrarte me preocupé, así que sin importar como estaba salí a buscarte, luego pasó lo otro y aquí estamos- se encogió de hombros.

- Por esta vez te lo paso, a la próxima que lo hagas, sin importar cuánto te enojes, saldré de la misma manera que tú estás- entrecerró los ojos sorprendida.

- No harías eso.

- ¿Ah, no? Vas a ver qué sí- tomé el borde de mi blusa e iba a comenzar a quitármela pero Poché lo impidió.

- Está bien, está bien, no volveré a salir así- sonreí con suficiencia- mejor regresemos a casa antes de que te creas stripper y comiences a hacer un show- me tomó de la muñeca.

- No sería mala idea, es un buen negocio- hice como si lo estuviera considerando.

- Si lo haces, me contratas, te traería mucho público, tanto humano como sobrenatural- le di un zape- oye ¿por qué me golpeas?- dijo mientras se sobaba la cabeza.

- Vuelves a decir eso y te termino- la amenacé

- Pero ni novias somos ¿Cómo me vas a terminar?

- Te puedo rechazar- me miró con horror y miedo.

- Hey, con eso no se juega, si me rechazas podría morir ¿Lo sabías?- negué.

- No, apenas acabo de adquirir ese dato, lo cual te agradezco porque si me llegas a ser infiel te mueres- abrió los ojos sorprendida

- ¿En serio crees que te sería infiel?

Pensé que se preocuparía más por morir y no porque pensara que me podría ser infiel, que manera tan rara de ordenar prioridades.

- La piel es débil.

- Debo darte clases sobre los seres sobrenaturales, pero eso será después, ahora regresemos que muero de hambre- asentí.

Durante el trayecto a su casa Poché se la pasó saludando a cada persona con la que se cruzaba, a veces se quedaba a platicar unos minutos, en los cuales me presentaba como su mate o su novia. Algunos nos felicitaban, otros solo me saludaban, otros me ignoraban y otros solo se iban sin despedirse.

- Ya quisiera yo esa atención- bromee luego de habernos despedido de la última persona con la que nos cruzamos.

- Puedo darte mucha más atención solo si prometes no volver a jugar con lo del rechazo- pidió.

- Bien, prometo no volver a jugar con eso, solo voy a advertirte una cosa- me detuve al estar frente a su casa- si me lastimas de una manera que crea que no hay solución, voy a rechazarte sin importar que tan doloroso sea. No voy a cometer los mismo errores del pasado y perdonar cosas que no debería.

Se quedó en silencio, me tomó de las manos y me miró a los ojos. Esta vez no pude decifrar sus sentimientos.

- Suelo ser impulsiva y la mayoría de las veces actuó sin pensar, así que no prometo que no voy a lastimarte porque a veces lo haré sin querer, a veces lo haré para protegerte y se que otras veces lo hará Ana, pero lo que si puedo prometer es que, sin importar si llegas a rechazarme, odiarme o no quieres verme nunca más, buscaré la manera de sanarte, no para que me perdones sino para tú estés bien.

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