Capítulo 3

335 23 27
                                    

Después corregiré lo errores

(Michelle)

-¿Tienes los cigarrillos?- le pregunté a Ingrid.

-No.

-Pues entonces fumaremos aire, ¿qué te parece?

-Se supone que los deberías haber traído tú tronca- se quejó.

-¿Yo? Tú eres la que tienes interésle- repliqué .

-Ya, ya...ahora mismo los voy y los compro, pero para ya de quejarte que parece que estás menopausica- comentó mi mejor amiga.

-Eso explicaría mis cambios de humor y mis cambios de temperatura- mencionó pensativa.

-Eso se llama hormonas adolescentes, genio-ironizó.

-Gracias cabrona con lof- sonreí.

-Lo mismo te digo pero sin lof- respondió y se fue a comprar el paquete deMalboro .

(Ingrid)

-¡Hola guapa!

-Hola- de manera tosca y ruda.

-Bella, ¿no te cansas de ser tan hermosa?

-Bello, ¿no te cansas de decir lo mismo a todas las demás?

-¿Qué quieres?- se mordió ellabio.

-Desde luego no es lo mismo que tú. Pero se me ofrece un paquete de cigarrillos- contesté.

-No eres de las que parecen fumar- extrañado.

-Eso no te importa, ahora por favor déme la caja- le rogué .

Elchico se dio la vuelta y cogió de una estantería un paquete de Malboro.

-Aquí tienes- me entregó el paquete.

-Gracias-le agradecí con una sonrisa. -¿Cuánto es?

-Son dos euros cincuenta, pero por se tu te lo dejo en dos euros-me guiñó unojo.

-Gracias pero no puedo aceptarlo, toma los dos euros y los cincuenta céntimos. Adiós- medespedí.

(Michelle)

Por fin ví a Ingrid venir, ya me estaba poniendo nerviosa.

-¡Hasta que por fin llegaste!-exclamé.

-Más ganas tenía yo de venir que tú- replicó. -Toma la caja- ordenó ella.

-Uhhh...¿quién te dio su número?- pregunté pícara.

-¿Me escribió su número de teléfono?- chillé incrédula.

-Sí- sonreí de manera pervertida.

-Jajaja, me encanta ver tu cara de pillina.

-Espero que sea un halago- dije en tono autoritario.

-Claramente- contesté.

-¿Bueno empezamos ya?- hay que admitir que estaba impaciente por ver a mi mejor amigafumando.

Ingrid asintió.

-Bueno, lo primero es coger el cigarrillo, lo sostienes entre los dedos y a la vez que inspiras enciendes la mecha del cigarro, así- empezó a fumar demostrándome como tenía que hacerlo.

-Ahora te toca a ti- hablé de nuevo.

Ella extendió la mano, yo le acerqué la cajetilla y ella cogió uno de los cigarros.

ProvocativaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora