Capítulo 26

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Han pasado diez días desde que la playa del acantilado del puerto entregó su segundo cuerpo del verano. La tienda de periódicos ha sido cerrada, y un cartel de una agente inmobiliaria ha sido clavado en la puerta y anuncia que el local se alquila. A pesar de su buena situación entre el puerto y la playa, nadie ha mostrado interés. La arena se extiende por todas partes, pero el barro queda pegado a la edificación. La única exculpación pública de Jack Marshall es una página de periódico sujeta con cinta adhesiva a la ventana. En ella se puede ver una fotografía que fue sacada la última noche de su vida. Lleva puesto su informe de la Brigada Marina. El artículo que la acompaña, escrito por Oliver Stevens, tiene una palabra como titular: INOCENTE.

Alec Hardy pasea por las gélidas e inhóspitas playas de Broadchurch. El viento le revuelve el pelo, como si su propósito fuera molestarlo. Mientras camina, algo llama su atención por su visión periférica. Una hilera de personas frente al mar. Hardy deja que sus ojos recorran la hilera de rostros: Steve Connolly, Nigel Carter, Paul Coates y Mark Latimer. Todos ellos están silenciosos. Todos ellos lo observan con una mirada crítica, silenciosa. Lo juzgan. Lo sabe. Están espetándole que no ha avanzado en el caso, que no tiene nada con lo que continuar. Hay un asesino que anda libre por ahí, y tras un mes de investigación, no está más cerca de atraparle, que el día después de que matara a Danny.

—¡Aléjense todos del agua! —exclama, haciendo un gesto con sus manos, como si quisiera apartarlos de allí como fuera. Necesita que se alejen del agua. El agua le provoca pesadillas. Ellos no se mueven. De hecho, no parece siquiera que puedan oírle—. ¡Aléjense del agua! —repite—. ¡Aléjense! —el agua del mar sube de pronto, llegando hasta los tobillos de esos hombres. Esos mismos hombres que Alec considera sospechosos—. ¿Qué están haciendo? —cuestiona, horrorizado, observando cómo el agua continua subiendo—. ¿Qué están haciendo? ¿Qué hacen? —cuestiona al aire, aún notando esas frías, insensibles miradas, sobre su persona. De pronto, se ve a sí mismo en su lugar. Ellos han desaparecido. Solo él es el culpable—. ¡Aléjense del agua! —exclama nuevamente, esta vez, abriendo los ojos, sentándose en la cama con rapidez. Era una pesadilla.

Su respiración es acelerada. Siente ese familiar dolor en el pecho, y se coloca la mano izquierda sobre el corazón, esperando a que desaparezca esa sensación. Es como si una mano helada lo estrujase con cada vez mayor intensidad. Es en ese momento cuando, por primera vez en todos esos meses, realmente le asalta la posibilidad de que este caso va a acabar con su vida. Siente un escalofrío. Rápidamente coge el nuevo blíster de pastillas y se toma dos. Tras hacerlo, se recuesta en la cama, completamente exhausto.


Aproximadamente dos horas más tarde, el inspector escocés se encuentra abatido y solo ante su mesa, con un ejemplar del Herald delante de sus ojos. Lo ha estado mirando tanto tiempo, que las palabras que figuran encima de su fotografía se emborronan, y luego vienen a quedar espantosamente enfocadas.

DOS CASOS SIN RESOLVER.

EL ASESINO DE UN NIÑO ANDA SUELTO.

UN HOMBRE INOCENTE MUERTO.

¿EL PEOR POLICÍA DE GRAN BRETAÑA?

El escoces pasea la vista por su despacho, completamente desamparado. Su vista queda fija en todas esas carpetas, cajas de documentos y archivos... Parece un mar insondable, y cubre todas las superficies. En ese preciso instante, un breve toque en su puerta lo saca de sus ensoñaciones: es Harper. Se ha vestido con su traje de trabajo, de color azul marino oscuro, como manda el protocolo, compuesto por una camisa blanca, chaqueta, pantalones lisos, medias y zapatos de tacón. Entra en el despacho con algo en sus manos: una corbata negra.

—¿Se encuentra bien? —cuestiona la muchacha, deteniéndose frente a su escritorio.

—Claro. ¿Qué le hace pensar que no? —él intenta evitar que se preocupe, pero a juzgar por la mirada que le está echando, ya es demasiado tarde para eso.

El Silencio de la Verdad (Broadchurch)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora