—Profe, mejor cuéntenos cómo fue su historia con Emiliano. Elizabeth y Darcy podemos seguirlo la clase que viene.Así, todo el tercero «A» comenzó una lluvia de preguntas cuando Emiliano entró al aula. Ambos estaban incómodos, pero más lo estaba él, que balanceaba el borrador entre sus dedos, apenado por ser el centro de atención.
—¿Qué mierda pasó? —preguntó susurrando al oído de Dolores.
—Tu ex no se contuvo y expulsó todo el veneno.
—Me las va a pagar, juro que esta noche la destrozo en Twitter.
El incómodo cuestionario de los alumnos fue interrumpido cuando Gabriel volvió al aula acompañado de Ernesto. Emiliano tragó saliva al ver al rector junto a él, imposible verlo como su tío político en ese momento, temía que su título secundario esté en peligro después de lo sucedido.
—Vine por un borrador, ya me iba... —se disculpó, apenas mirándolo.
Emiliano estaba a punto de irse, preso de los nervios, cuando el rector lo detuvo con una mano en alto. Le quitó el borrador y se lo extendió a Gabriel.
—Lleve esto al cuarto «A», por favor. Y avísele al profesor de turno que Emiliano está conmigo.
Gabriel tomó el borrador y salió del aula apresurado por volver, es que no quería perderse lo que seguro venía a continuación.
—Alumnos... Entiendo su aceptación en este asunto, y les voy a pedir por favor absoluta reserva. Si bien a Herrera le queda una semana para terminar sus estudios, y que ambos supieron mantener separada la relación académica de la personal, esto no deja de ser una situación delicada que puede levantar prejuicios innecesarios contra esta institución.
—Ernesto... Con nosotros no hay problema, pero ¿qué hay de Penélope? —preguntó uno de los alumnos del fondo—. Ella puede tomar acciones, aunque ya no pertenezca al colegio.
—Es un riesgo que estoy dispuesto a correr. No estamos hablando de menores, Emiliano es un adulto, y si bien puede que no sea ético, no es prohibido. De todos modos, se le hizo firmar un pequeño documento en donde se le prohíbe hablar del tema fuera de esta institución. Como les dije, es incierto si lo cumple o no, pero llegado el caso, el departamento legal del colegio pude tomar acciones contra ella.
—¿Qué pasó con Penélope? —preguntó otra chica.
—Se acaba de retirar expulsada. Hace semanas se le advirtió que no diga nada, y no solo incumplió la orden, sino que insultó a la profesora, según lo que me comentó su compañero Rodríguez. ¿Esto es así?
Todos asintieron, incluida Dolores. Emiliano estaba sorprendido al escuchar a sus compañeros del curso inferior repitiendo los improperios que le propinó Penélope a su esposa. Con todo aclarado, Ernesto se retiró del aula para que continuara la clase, aunque lo que menos quería ese curso era seguir debatiendo a Jane Austen.
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Recreos en el jardín
Romance¿Cuánto estás dispuesto a perder por amor? Dolores y Emiliano se conocieron de casualidad el mismo día que se perdieron para siempre, a pesar de que el flechazo fue instantáneo. Pero el destino se obsesionó en volver a encontrarlos, solo que no calc...