Capitulo 9: El fuego quema

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Shiki y yo rápidamente nos instalamos en una rutina cómoda, era muy similar a como estábamos antes de separarnos, excepto que todo había cambiado. ¿Cómo podía algo ser lo mismo y sin embargo sentirse tan nuevo y diferente al mismo tiempo? No tenía sentido, pero se sentía tan completamente correcto que había decidido no preocuparme por el significado de todo esto y sólo tratar de disfrutar de nuestro tiempo juntos.

Y disfrutar de nuestro tiempo, lo hicimos.

-Becca, despierta- dijo Shiki con entusiasmo una mañana temprano mientras me sacudía suavemente. Habían pasado unos días desde que nos reunimos de nuevo y todavía estábamos durmiendo en su playa, aunque él había comentado la idea de regresar a la cueva con el tiempo, estaba preocupado por el clima cambiante.

-¿Qué pasa?- le pregunté aturdida. El amanecer apenas estaba empezando a aparecer en la isla, lo que significaba que nos estábamos despertando un poco temprano. Obviamente no teníamos electricidad, así que básicamente nos levantábamos con el sol y nos íbamos a la cama cuando estaba demasiado oscuro como para ver. Pero él estaba claramente entusiasmado acerca de algo, lo que me hizo emocionarme también- ¿Qué está pasando?

-Tienes que venir a ver esto- dijo antes de agarrar mi mano y ayudarme a levantarme. No tenía ni idea de a dónde me estaba llevando, pero el hecho de que él no soltara mi mano se había llevado toda mi atención.

Estábamos tomados de la mano... era extraño y sorprendente al mismo tiempo. Nuestra conexión hacía palpitar mi estómago y enviaba ondas eléctricas hacia arriba y hacia abajo por mi brazo. Yo no estaba segura de lo que honestamente sentía por nuestra repentina cercanía física, pero cuando por fin me soltó, mi mano sintió un hormigueo por el vacío.

-Mira- dijo en voz baja, sacándome del aturdimiento en el que estaba por su contacto.

Mis ojos siguieron la dirección que él señalaba, y allí, oculto en la arena, había un nido de tortugas marinas recién nacidas.

-Oh Dios mío- dije un poco demasiado fuerte, y luego cubrí mi gran boca con mis manos.

Él se rió entre dientes.

-No te preocupes, está bien- me aseguró- ¿No son impresionantes? Me pareció ver los huevos hace unos días y deben haber nacido hace nada.

-Son tan hermosas- le dije con sinceridad- ¿Pero dónde está su madre?

-Las tortugas ponen sus huevos y justo después vuelven al mar.

-¿Cuándo volverá?- le pregunté preocupada.

-No lo hará. Su trabajo está hecho, ahora tienen que ir por su cuenta.

-¡Eso es horrible!- dije perturbada- Son tan indefensas...

Él se encogió de hombros.

-Esa es la naturaleza. Venga, vamos a dejarlas solas.

-No podemos dejarlas a su suerte- argumenté- Tenemos que ayudarlas.

-Becca, sólo una de cada mil sobrevive, es un hecho de la vida.

-¿Una de cada mil? ¡Eso es ridículo! Bueno, nuestras tortugas van a sobrevivir- le dije con determinación-¿Cómo podemos hacer que eso suceda?

-No podemos garantizar que vayan a vivir...

-¿Pero?- le pregunté porque se había detenido.

-Sin embargo, podemos estar seguros de que lleguen al agua. La playa tiene decenas de peligros, los cangrejos depredadores y las aves están a la espera de una comida fácil como ellas. Una vez que lleguen al agua, van a tener nuevas preocupaciones... pero si podemos hacerlas llegar hasta allí, eso será tener ganada la mitad de la batalla.

Edens Tail en el Lago de cristal [Adaptacion de la adaptacion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora