Love Letters. (Tamaki Amajiki x Lectora)

Love letters

Como era de costumbre, la joven iba a la biblioteca cuando el sol comenzaba a despedirse. Se aseguró de que nadie más la siguiera y pasó por el apartado de libros de historia.
Con la yema de sus dedos, tocó cada uno de los libros formados en la estantería como si estuviera saludándolos y buscó entre cada uno de ellos el más viejo y con pasta roja. Cuando notó que el libro que buscaba estaba justo donde tenía que estar, se sintió más aliviada y alegre.
Con un poco de torpeza, agarró lo que se convertiría en su libro favorito y abrió poco a poco las páginas teniendo miedo de que pudieran desprenderse de la pasta. Al llegar a la mitad, notó que había otro sobre color lila y sonrió para sus adentros.
No era la primera vez que encontraba un sobre oculto entre las páginas, de hecho, llevaba meses hablando con un desconocido a través de cartas en las que poco a poco se fue enamorando con cada palabra y cada rima.
No sabía quién era y la impaciencia la carcomía viva. Más de una vez, ella le imploró que se vieran para que por fin pudiera darle un rostro al hombre que la cautivó pero más de una vez él le rechazó excusándose de no ser lo suficiente para ella.

«Tonterías» pensó ___.

Mientras se acercaba a la mesa más cercana, tomó con delicadeza el sobre que contenía el libro y cuando por fin se sintió a gusto, comenzó a leer el contenido de la carta.

"____:

Tu sonrisa me ha cautivado desde el primer momento en que la vi.
Debería de ser un crimen no tener el control de las emociones que provoca el quien la ve. Bueno,... en realidad todas tus acciones provocan algo en mi.
Tus ojos, la forma de tus labios, tus manos y la manera en como enrrollas un mechón de tu cabello cuando estás nerviosa... Es simplemente mágico.

Cuando era pequeño, me gustaba mucho la magia pero pensaba que detrás de toda esa farsa, existía algo que la componía, algo de lógica... y por eso dejé de emocionarme cuando pasaban los shows por la TV, pero tú... oh, cariño, la magia que tú me provocas no tiene explicación ni lógica.

Si tan solo pudieras oír los latidos de mi corazón, te darías cuenta que la magia existe cuando tú sonríes y sobretodo, (y si tengo suerte) cuando esa sonrisa me la diriges a mi.

Espero que tu día haya estado de maravilla y que por fin hayas encontrado tus pendientes de mariposa.
Si tuviera el valor, te compraría unos nuevos y así no tendrías porque preocuparte por no llevarlos. La verdad es que eres muy bonita con y sin ellos, pero tu comodidad es primero así que, si eso te hiciera feliz, lo haría sin dudarlo.

Oh, por cierto, he estado pensando tu propuesta pero me aterra la idea de que cuando me conozcas pienses que no soy lo que has estado esperando. Realmente lo siento pero, como te he mencionado, tu felicidad es todo lo que me motiva y por tal razón, tomaré la fuerza necesaria para plantearme frente a ti y decirte todas estas palabras viéndote a los ojos.
Si eso pasara, me pregunto: ¿estarías igual de nerviosa que yo? Yo espero que así sea...

Tuyo, S.E.
P.d. hoy, al igual que siempre, lucías hermosa."

Ruborizada, la chica sostuvo la carta y la leyó unas cuantas veces más antes de contestarle.

"Querido, S.E.

Aún me pregunto que significarán aquellas letras y constantemente me pregunto cuál será tu nombre. Es un poco injusto que tú sí puedas verme y yo ni siquiera pueda saber quién es el hombre que me ha cautivado con sus palabras.

Te lo he repetido mucho pero en verdad estaría más feliz si te conociera, y tal vez ya lo haga, pero no sé exactamente quien eres.

Como siempre, tus palabras dan calma y calor a mi corazón por lo que esta hora se ha vuelto mi favorita del día desde hace mucho tiempo y solo espero que pasen las horas para volver a leer una carta tuya.