SINOPSIS:
A veces pensamos que encontrar a la persona con la que compartiremos nuestra vida es fácil y que solo es cuestión de amor mutuo para que sea realidad el "vivieron felices para siempre"; pero al parecer para Jade no es así, pues, gracias al...
La alegría que me había sido arrebatada regresó a mí, el amor de mi vida estaba de nuevo conmigo; temía por sus inseguridades, mas yo sabía que con mi amor y el de nuestro hijo saldríamos adelante como la familia que éramos. Me emocionaba contarle que era papá y que conocía a Hansung.
Cuando me platicó de todo lo que había hecho Soo Young, le dije que ella estaba en prisión por el atentado, lamentablemente escuchaba las noticias y se enteró de todo, de que no solo ella era culpable, también Minho, a quien estimaba mucho y bueno, Edward formó parte de todo eso.
Solo Joy sabía que Taehyung vivía, conoció nuestro dolor y aún así optó por ocultarme la verdad; ella era una mujer tan fría, sin corazón que no le importó que mi hijo no tuviera a su padre cerca. Pero como toda mala acción tiene sus consecuencias, ella estaba pagando por las suyas.
A Tae le preocupaba la reacción de los chicos, de su familia; yo sentía que lo tomarían bien y lo escucharían, después de todo no fue su culpa, estuvo en coma tres años y un poco más; no dependía de él sino de Soo Young.
Llamé a los chicos para decirles que esa noche iría a su casa porque tenía que hablar con ellos, los padres de Taehyung también estarían ahí, iban a regresar a Daegu luego de declarar en la delegación, pero evité que se marchen sin antes darles la noticia. Eonjin se pondrá muy feliz.
TH: Jade – me llamó desde el baño.
Jd: ¿Qué pasa? – pregunté dejando sobre la cama su ropa planchada.
TH: Ven, por favor – Fui hacia el baño para ver que necesitaba, aún estaba en la tina.
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Jd: ¿Me necesitas?
TH: Esteee, sí – respondió dudoso
Jd: Dime osito
TH: Lo que pasa es que no sé dónde está la toalla o mi bata de baño, no quería molestarte, pero...
Jd: Aquí tienes – me acerqué con su bata.
TH: Gracias Jade – extendió sus manos para que se las entregue.
Jd: Permíteme ayudarte – aludí
TH: No, puedo solo
Jd: Pero yo...
TH: Jade, por favor, no me trates como un inútil – su tono de voz era molesto.
Jd: Lo siento – salí del baño.
No voy a negar que, si me dolió su actitud, él quería mostrarse fuerte frente a mí; sin embargo, a mi no me molestaba ayudarlo, lo hacía con gusto. Lo había extrañado demasiado y no quería separarme de su lado ni un momento; tal vez lo estaba sofocando con mi actitud sobre protectora.
