- ¿Dónde estás? Se que lo puse por aquí. Dios voy tarde. - veo el reloj en mi muñeca.
Todo paso tan rápido en la noche que no se dónde dejé las cosas, debo mantenerme concentrada.
- ¡JAANEEE! BAJA DE UNA VEZ - Puedo oírla, se que está enojada.
Diablos ¿Qué haré? ¿Debo seguir buscando? No mejor lo dejo para después.
Bajo corriendo, deseo evitar pelear. Voy tan deprisa como puedo, cojo el tomatodo de la mesa, esquivo a mi padre, abro la puerta, esquivo a la vecina que barre todas las mañanas.
Miró mi reloj, literalmente ya estoy muerta. Estoy tan apurada que no miró a nadie más, solo esperó no chocar con nadie, odiaría empezar así este día. He pasado tantas veces por este camino, se que doblando a la esquina está la señora del desayuno, seguramente a esta hora su puesto está repleto de alumnos de diferentes colegios, madres estericas como la mía, las mototaxis pasan más frecuente a esta hora, todos corren, hay mucha congestión por querer movilizarse a tiempo. Por supuesto se porque rutas no hay tanta gente, debo correr más rápido que todos si deseo al menos llegar a mi segunda clase. Como es que me comprometí con algo que no era mi responsabilidad, diablos. Todo esto es un lío, quizá si le llamó, no puedo hacerlo.
Veo el tren a lo lejos, sin duda como lo pensé la cola es inmensa, ni modo tendré que esperar, aunque si estoy con uniforme quizá pueda pasar por preferencial. Aprovechando el descuido me escabulló por ahí, logró ingresar, escucho las alarmas del tren, corrí como si vida dependiera de ello, espera si es así. En cuanto siento el frío del aire acondicionado por fin puedo respirar. Lo he logrado, quizá llegué a tiempo.
Veo un asiento, me deslizó entre la multitud para agarrarlo y en cuánto tomó asiento siento el cansancio, dormí muy poco, ni siquiera pude tomar una taza de café. Siento como mis ojos buscan cerrarse, no aguanto más y me duermo.
-¿ Qué hora es? Diablos ¿Dónde estoy? Acaso me pase de estación - me levantó asustada.
Entonces veo la pantalla en el tren, siento un alivio al saber que falta dos estaciones. Me dirijo cerca a la salida, en cuanto se detiene el tren en mi paradero, puedo ver que ya no estoy en mi territorio, todo aquí es tan distinto, hay mucha vegetación, no me molesta, al contrarioe encanta, siento el ambiente más frío, me salgo de la estación y sigo el camino que me trasaron, caminar de frente por ese parque que más parece bosque, veo las casas todas en su mayoría son enormes con portones enormes y cámaras en cada esquina, veo que solo pasan camionetas. Gente corriendo con sus mascotas.
Todo me parece tan increíble, es como si estuviera en otro país, escucho gente hablar en inglés, portugués, incluso diría que alemán. Llevó contando las cuadras, bueno cuadrotas en realidad y justo ahí veo lo que creí que solo podía exitir en las películas, era realidad lo que veía, eso no puede ser un colegio. En la puerta había un guardespalda que en seguida me vio dejo sus funciones y se me acercó.
- Señorita ¿Está pérdida? - me dice de un tono muy gentil
- No en realidad, vengo a entregar un pedido - le enseño la bolsa de mi mano
- Son unos postres, la mamá de mi amiga los hace, ella trabaja en una pastelería por internet, normalmente ella los entrega con su carro, pero hoy tenía un evento muy importante y no pudo venir. Por eso yo vine en su lugar. - Sonrió y miro al suelo por nerviosismo
- ¿Sabes el nombre del cliente? - dice mientras agarra su intercomunicador
- Si claro, se llama Alejandro, está en 4C. - señaló en dirección del portón como si supiera que ahí quedará el salón.
- Bueno ese salón está en otra dirección, pero está bien te dejaré pasar.- lo veo dirigirse hacia un interruptor que estaba en la reja
- Date prisa porque en 30 minutos empiezan las clases. - Me abre la puerta y sonríe
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Chicos sobre flores
Teen FictionCuando tenia ocho años me enamore de un dorama en donde una chica entra a una escuela de ricos y se encunetra con cuatro chicos que rigen esa escuela, desde ese momento me empezo a gustar el mundo asiático. Hace años no lo veía, pero resulta que dec...