Máderin Jones es una estudiante de último año de secundaria, tiene un talento peculiar, donde las emociones son protagonistas. De repente, en el camino se topa con personas que cambiarán su forma de ver el mundo, y así mismo pasar los momentos de...
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Estaba dejando algunos libros en la biblioteca de la escuela, donde me encuentro con Lisa.
-No tienes idea lo que tuve que pasar ayer, la "reina de hielo" estuvo en mi casa -dije mientras colocaba los libros en su lugar.
-¿Te refieres a la chica que esta a cargo del señor Eddy?
-Esa misma, no tenía la más mínima intención de ser cortés conmigo.
-¿Tanto así?
-Si, créeme -volteé a verla- ¿Cómo vas con todo los preparativos?
-Ya pasó ese embrollo, por fin hemos podido organizar todo para estos últimos meses. Acabo de integrarme al comité, así que, tiene que salir perfecto. Por cierto, revisé algunos registros de los talleres para que los alumnos se inscriban -sonrió- ¿estás en el de poesía, verdad? Pensé que no era tu estilo.
-Ehh, sí, quería probar nuevas cosas. -reí nerviosa- Ya sabes, innovar un poco.
-De acuerdo, Bueno, nos vemos. Tengo que ir a clase de Química, hasta más tarde -dijo despidiéndose con la mano.
Lo sé, es ridículo, no tenía valor para hablar de ello. Es de esas inseguridades de las cuales creo que se van a reír o le toman menos importancia que a las demás, porque parece que es totalmente irrelevante para la sociedad, siempre lo toman como algo inferior o fácil de realizar, suelen afirmármelo, ya sea directa o indirectamente. Lo cual es irónico, pues sin arte, se acabaría la felicidad.
Ya fuera del colegio, le advertí a Lucas acerca de May, que estaría por aquí, por lo que no sería un almuerzo tan agradable como quisiéramos. Saludamos a mis padres, y por supuesto, allí estaba May, sentada en silencio con una mirada escéptica que parecía inalterable. La saludamos también, pero seguía rígida como ayer.
Ya era hora de la comida, charlamos acerca de la escuela y como nos iría en la universidad, lo aburrido de siempre. Cómo era de esperarse, la comida estuvo deliciosa, May solo estaba callada y respondía de manera cortante a mis padres cada vez que le preguntaban algo, mientras jugaba con la comida, pues no probó ni un solo bocado.
Lo que puedo decir es que mi mamá es una persona muy ingenua para este gran mundo cruel, me pedía que llevara a Lucas y May a mi habitación, después de tanta insistencia, cedí.
Todo se tornó en silencio. Estuvimos así durante una media hora, en ese tiempo miraba al techo o estaba el celular creyendo que me veía genial pero me sentí más ridícula. Lucas hacía lo mismo y May solo esperaba para por fin, decir algunas palabras.
-Tu nombre es Rin, verdad? -Preguntó May.
-En realidad mi nombre es Máderin, pero me dicen Rin o Mad -respondí.
-Para empezar, tu nombre suena como si hablarás de madera y tu apodo es el sonido de un teléfono, no tiene gracia, es estúpido -dijo fastidiada, cruzando los brazos.
