ღ; diez

73 15 2
                                    

Nos estamos convirtiendo en un monstruo de nuevo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nos estamos convirtiendo en un monstruo de nuevo

Nos estamos convirtiendo en un monstruo de nuevo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jueves, 9 de agosto de 2018

Haru desafió a Hyunjin, quien estaba delante suyo. Con su puño alzado, llamó su atención.

- ¿Estás lista para cargar con sacos de basura? - la retó el más alto.

- No lo creo. Sacaré mi monedero para comprarme un cucurucho de vainilla.

- Ya veremos.

Ambos acercaron las manos al centro y cantaron a la vez. El papel de Hyunjin envolvió la débil piedra de Haru. Él hizo un baile de victoria, moviendo sus brazos de lado a lado, acompañándolos con sus caderas. La chica, en cambio, se giró molesta en busca de quienes serían sus compañeros. La expresión de Changbin le decía que estaba pasando por lo mismo. Se acercó a él, entrelazando sus brazos, y segundos después se les unió Chan. Los otros tres reían, saltaban y cantaban.

- Me pido fregar los platos - habló la chica.

- Yo tiraré la basura.

- ¿Entonces yo que hago? - el más bajito los miraba confundido.

- Puedes recoger la mesa después de cada comida.

Tras suspirar, fueron cada uno a por su maleta para despejar el salón y adjudicarse las habitaciones.

⊹ ❀ ⊹

Seungmin les había dado indicaciones a los encargados de la compra para llegar al supermercado, que por suerte para ellos, abría las 24 horas del día. Chan se ofreció a acompañarlos viendo la enorme lista de cosas que debían traer, y aún así habían vuelto muy cargados. Como se les había hecho un poco tarde, decidieron preparar algunos platos de ramen y no entretenerse mucho en la cocina el primer día.

La mayoría ya habían acabado de devorar sus fideos, dejando algo para los que aún seguían deshaciendo sus maletas. Haru se sentía mal por los que faltaban, que eran los que habían ido a comprar previamente, así que los esperó sentada en la mesa. Charlaba con Jeongin, quien estaba enfrente suyo, sobándose la barriga al haber terminado. 

Chan bajó sonoramente las escaleras y se acercó a la mesa. Sus ojos brillaron al ver los platos en el centro, listos para servirse. Relamiéndose, tomó unos palillos y los clavó en el plato frente a la chica, para coger la mayor cantidad posible. Ella, al ver lo que hacía, trató de detenerlo.

- ¡No! - agarró su muñeca en el aire. Casi tenía la comida en la boca, pero Haru fue más rápida y de una mordida, se los arrebató. Chan la miraba mientras masticaba con las mejillas infladas, sorprendido. Esperó su explicación al terminar.- Son picantes. Acabo de recordar que no puedes comerlo, y créeme, este está fuerte - Se limpió los labios con una servilleta y, arrastrando la silla hacia atrás, se puso de pie, rumbo a la cocina-. Te haré algo. En la mesa solo quedan de ese tipo.

Conmovido, la siguió, diciéndole que no se preocupara. Aún así, aprovecharon que quedaba aún un paquete de ramen normal, y en menos de cinco minutos estaban sentados los cinco en la mesa.

⊹ ❀ ⊹

- Esto es increíble. No creí poder estar tan relajada en mi vida.

Nami y Haru se habían metido en la piscina. Los chicos estaban en el salón, jugando videojuegos con la Switch que había traído Changbin y los mandos que había traído alguien más. Ellas estaban envueltas de tranquilidad, flotando con los churros, escuchando simplemente el ruido del agua cuando alguna se movía, o sus mismas voces cuando charlaban.

Nami se quitó las gafas de sol (que no le servían para nada, pero bueno) y miró hacia el techo, donde la luz se difuminaba al no poder traspasar el material, reflejándose en toda la estructura, creando a veces pequeños arco iris.

- Tan solo llevamos unas horas aquí y creo que van a ser las mejores vacaciones de mi vida.

- No sé si las mejores, pero sin duda con la mejor compañía - tras un rato en silencio, navegando en su churro violeta, continuó -. Haru, ¿has traído bikini?

- Nop. Solo bañador. Ya sabes, por si acabamos juntándonos todos aquí dentro.

- Yo igual. Me compré uno, pero no lo he traído por lo mismo. Me daría mucha vergüenza usarlo. 

- Quiero verlo. ¿Tienes foto? ¿De qué color es?

- No tengo, pero es amarillo con algún girasol estampado. Muy bonito.

- Guay. Ya te lo he dicho muchas veces, pero te sienta genial el amarillo. Los colores cálidos en general.

- Eso es porque soy como el sol, y brillo - poniendo morritos y haciendo el signo de la victoria, se llevó un salpicón por parte de la más alta.

- ¡Oye! - alguien gritó desde fuera.- ¡Son las seis! ¡Lleváis dos horas ahí dentro!

¿Dos horas ya? Wow

- ¿Y qué pasa, Changbin? - respondió Haru.

- Que estoy harto de ganar, ¡y tenemos calor!

Alguien, desde más lejos aún gritó con todas sus fuerzas.

- ¡Que no os engañe, ha perdido en todas las partidas!

- ¿¡Hyunjin, quieres morir!? 

- ¡No me llegas al cuello!

Las chicas reían escuchando la estúpida discusión que habían comenzado, saliendo del agua y envolviendo su cuerpo en las toallas que habían preparado antes. Estaba todo prácticamente intacto, como si nadie se hubiese bañado.

Desgraciadamente, cuando entraron los ocho chicos, no fue igual. No había rastro de tranquilidad, había casi más agua fuera de la piscina que dentro, y volaban pelotas y churros por todos lados. Algunos se golpeaban entre ellos y gritaban, gritaban mucho. Las chicas habían intercambiado su lugar, y ahora jugaban al Mario Kart en el salón, escuchando sus voces, incluso con la puerta cerrada para no perder el frío del aire acondicionado.

- Changbin, cuidado, que aquí cubre mucho - se reía Hyunjin, acompañado de las carcajadas de los demás. Se ganó un golpe en la cabeza con un churro azul, para después ser salpicado.

Minho se tiró en bomba, molestando a los que había a su alrededor. A diferencia de los demás, no se había quitado la camiseta. Todo por culpa de la estúpida cicatriz que tenía a la altura de las costillas, de la cual se había acomplejado toda su vida.

 Todo por culpa de la estúpida cicatriz que tenía a la altura de las costillas, de la cual se había acomplejado toda su vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

~10052021

「 水 」INEFABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora