「 水 」INEFABLE

ღ; veinte

No puedo hacer lo que realmente quiero cuando me miro al espejo

Domingo, 12 de agosto de 2018

Haru levantó la vista de su teléfono móvil, bloqueando la pantalla a la vez que bostezaba. La televisión estaba encendida, pero nadie le prestaba atención. Era media tarde, y hacía un calor horrendo. Algunos se habían ido a dar un baño, se escuchaban sus gritos desde el salón; otros habían preferido dormir, o jugar a la Switch en las habitaciones. Changbin había puesto una de sus series favoritas para ponerse al día, apoderándose de la tele del salón, ya que llevaba algunos capítulos de retaso, y la chica decidió acompañarlo. Estaba aburrida y no tenía nada mejor que hacer.

Le parecía sospechoso no escuchar ningún ruido o comentario viniendo del mayor desde hacía un buen rato. Giró su cabeza hacia la derecha, viéndolo acurrucado de lado, con la cabeza sobre el reposabrazos y una mano debajo de su mejilla. 

- Changbinnie~ me aburro mucho - se lanzó sobre él, solo para ver como abría sus ojos lentamente, frunciendo el ceño ante el repentino ataque. Preguntó algo que la chica no logró entender-. Oh, estabas dormido. Perdón- alargó la última vocal.

Changbin seguía en la misma posición, solo que ahora tenía el cuerpo de la chica sobre él, abrazándolo, pegando su mejilla derecha en el hombro del bajito. 

- ¿Cómo puedes ser tan mono? No me lo explico - apretó su agarre unos segundos escuchando a su mayor quejarse.

- Déjame...

- Nop. Eres cómodo y pequeñito - levantó el brazo izquierdo y se dedicó a darle caricias en el pelo, jugando con algunos mechones. No pasó mucho tiempo cuando Changbin volvió a quedarse dormido, esta vez, acompañado también de la menor.

Felix entró a por un algunos helados para los que estaban jugando en el agua, encontrándose esa escena que un poco más y le hace caerse al suelo de lo bonito que le había parecido.

⊹ ❀ ⊹

Tal y como Seungmin les había explicado el primer día, la feria solo duraría el fin de semana. Esa noche de domingo era la última que podían disfrutar allí, y al ser el día de cierre, el ayuntamiento había preparado un espectáculo con fuegos artificiales. Reunidos entre la multitud de gente que había en lo que simulaba un puerto, miraban hacia el cielo, divididos en pequeños grupos debido a los niños que se habían colado entre sus cuerpos para tener una mejor visión en primera fila.

Changbin se reía por los saltitos que Jisung daba cuando un cohete explotaba sin esperárselo, Hyunjin haciendo lo mismo algunas veces.

- Pobres, no te rías de ellos - le regañó Felix con una sonrisa. Estaban algo alejados, así que no los podían escuchar.

- Pero es que su espectáculo es más entretenido que estos aburridos fuegos.

- ¿Cómo puedes decir eso? - se ofendió el australiano.- Está siendo muy bonito.

- Mmm, sí, bueno, puede que tengas razón. Los fuegos están bien, pero... - redujo su tono de voz, impidiendo que su amigo lo escuchara.- Hay algo que los hace incluso mejor.

- ¿El qué? - acercó su oreja a la cara del mayor, inclinándose levemente al no haber entendido lo que había dicho.

- Que los fuegos son bonitos pero lo son más porque los veo contigo.

Felix se quedó estático ante las palabras que habían salido rápidamente de la boca del mayor. Se mordió los labios, sin saber qué contestar, intentando ocultar la emoción que lo hacía estallar en el interior.

- Perdón por lo de ayer - continuó hablando Changbin. Quería cambiar de tema, haciendo que sus palabras se las llevara el viento, al ver la cara de incomodidad del menor. Felix volvió a su sitio, separándose de él, aún sin poder mirarle a la cara. Agradecía que era de noche, así no podía verle sus coloradas orejas.

- Olvídalo, Binnie - carraspeó-. Dejemos eso de lado.

El incidente del día anterior los había dejado algo incómodos. Se dirigían menos la palabra, y evitaban mirarse a los ojos. El comentario del mayor era lo último que necesitaba Felix. Ahora estaba incluso más confundido aún. ¿Qué debía hacer? ¿Qué pasaría de ahora en adelante? No lo sabía. No tenía idea de nada.

Como tampoco supo en qué momento sacó fuerzas para entrelazar sus dedos con los del mayor, dándose las manos con un firme agarre. Sus palmas encajaban a la perfección, reforzando así la idea de que estaban hechos el uno para el otro.

Haru no pudo evitar mostrar su emoción al ver el gesto que el de pecas había tenido con Changbin. Su víctima: Hwang Hyunjin. El pobre chico estaba a su lado, atrapado viendo los fuegos, cuando notó varios puñetazos en el brazo. Extrañado, miró a su amiga con el ceño fruncido, quien no paraba de sonreír y mirar hacia cierto punto de la multitud.

- ¿Pero qué narices te pasa?

- ¡Nada! - gritó, seguido de otro golpe.

- ¡Entonces por qué me pegas! - se sobaba la zona, reaccionando exageradamente cada vez que la mano de su amiga aterrizaba sobre él, levantando las manos.

- Porque... ¡Sí!

- Ah, pues, ¿gracias?

- ¿Puedo cotillear contigo sobre alguien y que sea un secreto para siempre? - lo miró fijamente, con el ceño levemente fruncido y señalándole con el índice a la altura del pecho.

- Claro.

- ¡Nada de filtrar lo que hablemos! Prométemelo - alzó el meñique, esperando que el otro lo entrelazara con el suyo. Hyunjin miró la mano de la chica confundido unos segundos, para unirse a ella-. Lo has prometido, Hwang.

- Sí, sí, pero ¿qué pasa?

- Mira a tu derecha. Encuentra a Changbin - el chico buscó a su amigo, viendo como estaba hombro con hombro con Felix, agarrados de la mano, viendo las luces en el cielo, melosos. Abrió los ojos asombrado y feliz por el avance de su amigo -. ¿Entiendes ahora mi emoción? Pues dime, ¿sabes algo de lo que siente Changbin? Intercambiemos información.

~13052021