𝗜𝗡𝗘𝗙𝗔𝗕𝗟𝗘 ㅡ Kim Seungmin, en el centro del huracán. Todo el mundo señala a aquel con quien discuerda, pero pocos se detienen a buscar verdaderos motivos para hacerlo. Siempre hablan sobre "la calma después de la tormenta", pero nadie se cues...
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Necesitamos descansar, pero aún está muy lejos el camino por el que debemos ir
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Domingo, 12 de agosto de 2018
Lee Haru disfrutaba de la tranquilidad de la madrugada relajando sus músculos en las calmadas aguas de la piscina cubierta de la tía de Seungmin. Se había sentido algo agobiada momentáneamente, y no se le ocurrió otro sitio al que acudir. Cuando comenzaba a pensar demasiado las cosas, quería aislarse, apagar el motor que tenía como cerebro, y dejar el tiempo pasar. Por suerte, lo había conseguido.
Llevaba alrededor de una hora dejando su cuerpo flotar, escuchando algunos grillos lejanos por la cúpula que la aislaba del jardín exterior. No había avisado a nadie que iba a acudir ahí, pero tampoco creía que fuera a importarle a alguien. Eran alrededor de las tres de la mañana, y las mentes de sus amigos no es que estuvieran muy despejadas.
Pero no conocía el hábito de uno de sus compañeros. Un chico con insomnio que cada madrugada se daba un refrescante baño, cruzando la piscina nadando en diferentes estilos para cansar su cuerpo y conseguir acostarse a horas, dentro de lo que cabe, razonables. Algo que no solía tener efecto.
Chan se sorprendió al ver el cuerpo flotando en el agua, pareciendo un cadáver. Haru, al escuchar el ruido de la puerta, se incorporó rápidamente, tragando un poco de agua en el proceso del sobresalto. Flexionó las rodillas, hundiéndose hasta que el agua rozó su barbilla, para que el australiano no viera su cuerpo.
- ¡Perdón! No quería... No sabía que había alguien aquí - a pesar de que estaba algo oscuro, notó como sus orejas enrojecían, pareciendo que explotarían pronto.
- T-Tranquilo, yo tampoco avisé - agachada aún, comenzó a caminar hacia la escalera de metal más cercana-. Me saldré, así estarás más tranquilo.
- ¡No! No te preocupes, vendré más tarde - giró su cuerpo, dándole la espalda a la chica, pero no caminó hacia fuera.
- De verdad, me iré yo. Llevo ya mucho rato aquí.
- No te sientas presionada. Puedes quedarte, me iré a la parte que más cubre y no te miraré en ningún momento - Haru rió ante el inocente comentario.
