Capítulo 40

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POV de ___

—¡¡¡Bye!!! 

—¡¡Vuelvan acá en este instante!!

—Las puertas se cierran, amigo, no puedo hacer nada. Bye.

Ray me iba a decir algo, pero las puertas del elevador se cerraron.

—¿A dónde vamos? —Pregunte.

—Sorpresa.

—¡Dime!

—íbamos a ir al monte, pero esta lloviendo, así que iremos a mi casa.

—Entonces vámonos.

Se abrieron las puertas del elevador y ambos salimos. Cuando llegamos a la tienda vimos a una chica apoyada en el mostrador viendo su celular.

—Emily, ¿qué haces aquí? —Pregunto Henry.

—Quería comprar algo, pero no hay nadie. 

—¿Dónde está Jasper? —Pregunte.

—No sé quien es, pero no había nadie cuando llegué. Henry, me puedes poner esto —señalo un esqueleto de un perro—a cuenta de Piper.

—Ella no tiene cuenta, de hecho jamás paga.

—Gracias, eres muy amable. Adiós.

—¡Emily! —Le gritó Henry para que pague, pero ella ya se había ido.

—¿Quién era ella? —Pregunte.

—La amiga de Piper, ¿no la conoces?

—Creo que había oído su nombre, pero jamás la había visto.

—A veces se queda en la casa. Como sea, ¿nos vamos?

—Sí.






🎤 15 minutos después 🎤

Cuando llegamos a la puerta de la casa de Henry, él decidió abrirla y ambos entramos. Para nuestra sorpresa estaba Piper en la cocina con dos vasos de agua.

—Ah, estás aquí —dijo Henry cuando vio a su hermana.

—Sí, yo también vivo acá.

—¿Por qué tienes dos vasos? —Pregunto el chico rubio a mi costado.

—Porque a una accidentalmente le puse sal, así que me serví otro.

—Okey, tú lo lavas.

—¿Qué hace ___ acá? —Pregunto.

—Vamos a estar en mi cuarto, no molestes, por favor —le pidió.

—Bien. Recuerda que mamá te dijo que no quiere que se escuche muchos ruidos desde tu cuarto cuando estás con ella —le recordó Piper sacando su teléfono.

Okey.

—Okey, gracias por el recordatorio.

—No hay de que.

Henry agarró mi mano y me llevó hacia su cuarto. Cuando estuvimos al frente de la puerta me detuvo y puso sus manos en mi cara.

Entramos poco a poco a la habitación, no veía nada, así que solo evitaba no caerme.

—Cinco, cuatro —se escucho como cerraba la puerta con seguro—, tres, dos... 

Poco a poco sus manos bajaron a mi cintura abrazándome. Al hacerlo también pude ver su cuarto.

𝗡𝗼 𝗺𝗲 𝗰𝗼𝗻𝗼𝗰𝗲𝘀... || Henry DangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora