EL PERFUME DE LA TRANQUILIDAD CAPÍTULO 4

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La práctica del día siguiente fue intensa, el maestro Splinter invitó a Cirse a unirse a pesar que ella dominaba otra disciplina, pensó que el cambio le vendría bien a todos, pues combatir con una variedad de estilos de pelea haría a sus estudiantes más dinámicos, además pensaba que era posible que la característica especial de la muchacha provocara que ellos se confiaran y tal vez aprendieran así a no subestimar a su enemigo.

El primer oponente de la joven de ojos violetas fue la aprendiz de Kunoichi. La chica de cabello negro estaba aprendiendo a distinguir las pisadas y movimientos específicos de su contrincante, era evidente que no estaban tan refinados como los de los 4 hermanos, así que la enfrentó con golpes de oportunidad y agilidad para aprovechar esto.

La pelirroja solo logró asestarle un golpe en el costado izquierdo unos segundos antes de caer al suelo. En cuanto el maestro declaró terminado el combate Cirse se doblo por el dolor del golpe de Abril

—Wow, fue un gran golpe, Abril—Dijo la chica dirigiéndose a su pelirroja oponente al tiempo que le regalaba una sonrisa

Tras su victoria la chica de ojos violetas tomó su lugar junto a los demás y ahora era el turno del chico de bandana morada y Mikey.

La invitada escuchaba atentamente, se había acostumbrado ya a distinguir el sonido de los movimientos de Donnie y ahora trataba de memorizar el andar de Mikey, por si tenía que enfrentarlo

Sabía que el chico de bandana naranja era mucho más espontáneo, mientras que Donnie prefería la estrategia; para ella ambos representaban retos, solo que cada uno a su manera. Al final el hermano mayor fue el que triunfó y fue justo él contra quien tuvo que enfrentarse Cirse, lo cual sabía que le resultaría sumamente difícil.

Antes de empezar la pelea el maestro entregó a la chica un bo que guardaba como repuesto del arma de Donnie. La chica se sentía un poco incómoda, pues sabía bien que el arma no estaba pensada para su tamaño, pero era mejor que empezar desarmada. La pelea empezó mucho menos dinámica de lo que los demás pensaban, pues la chica de ojos violetas fue menos agresiva que con Abril. Algo la estaba molestando: podía escuchar los pasos del muchacho, la manera en que su bo cortaba el viento, pero era incapaz de distinguir su aroma...era como si le hubieran quitado una de sus ventajas, producto seguramente de dormir todas las noches en una cama que tenía su olor.

A causa de esto la chica sentía que tenía que ser mucho más cuidadosa, al pasar algunos minutos finalmente decidió engañar a su contrincante con un golpe suave del bo que, si todo salía como lo pensaba, la dejaría desarmada pero con suficiente inercia para conectar una patada al abdomen que desvalanceara al alto muchacho.

El plan casi resulta, de no ser porque la agilidad de Donatello le permitió esquivar muy apenas la patada de la chica y después de esto él solo necesito golpear la pierna de apoyo de la jovencita, la cual cayó para desde el suelo dejar salir un suave —estoy bien— que provocó una risita en Abril y Mikey .

Al terminar el entrenamiento Donnie salió visiblemente feliz con Abril, la pelirroja sonreía pero su efusividad no igualaba a la del muchacho. Ambos se encerraron por horas en el laboratorio, de donde no salieron hasta que ella tuvo que marcharse a su casa, y de nueva cuenta la desgastada escena de la mayoría de las tardes se desarrolló: Donnie como de costumbre se ofrecía a llevarla y ella se negaba, aquello era el pan de todos los días.

...

Una vez que la pelirroja se fue, Donnie entró en la cocina y vio a la chica de ojos violetas ayudando a Mikey en la cocina. Él pedía utensilios e ingredientes y ella apenas pasaba los dedos por los cajones, olfateaba por aquí o por allá y entregaba a la tortuga de bandana naranja todo cuanto le solicitaba sin equivocarse una sola vez.

OJOS VIOLETASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora