Capítulo 12

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Iba tarde a clases, por lo que no tuve tiempo de preguntarle a D.O sobre su otro hermano en Inglés Avanzado. Y todavía estaba muy dolido para tocar ese tema con él. No podía creer que tuvieran otro hermano y no lo hubieran mencionado ni siquiera
una vez. Ni hubieran mencionado a sus padres, su novio, o lo que hacía cuando se iban por uno o dos días.
¿Él había desaparecido? ¿Muerto? Mi corazón se encogió por ellos incluso aunque, obviamente, no me habían contado todo. Yo sabía lo que era perder a alguien. Y encima de todo eso, había algo completamente extraño en el hecho de que dos familias diferentes con trillizos se hubieran mudado al mismo pueblito en cuestión de días, pero D.O había dicho que los Lee eran amigos de la familia. Quizás fue planeado.
Después de clases, D.O fue detenido por Dara y un chico de cabellos dorados que parecía modelo. No se necesitaba ni un poco de esfuerzo en la imaginación para darse cuenta de que era uno de sus hermanos. Y cuando se fueron, antes de que saliéramos corriendo a nuestra próxima clase, lo único que D.O pudo decir fue que nos encontráramos en el almuerzo.
Mi próxima clase era Biología, y Taeyong estaba allí. Se sentó en la mesa frente a mí, sonriendo. —¿Cómo te está yendo en tu primer día?
—Bien. Normal. —Normal con la excepción de todo de lo que me he enterado—. ¿Y el tuyo?
—Aburrido y solitario ya. —respondió—. No puedo esperar a que se termine este año escolar. Estoy listo para largarme de aquí y mudarme a un pueblo normal.
Taeyong se inclinó hacia atrás, descansando los brazos sobre la mesa. — Este pueblo es el epicentro de la rareza. Algunas personas aquí, bueno… simplemente no actúan correctamente.
Se me vino a la mente un campesino de tres dedos, pero de alguna manera, dudaba que era eso a lo que él se refería. —D.O dijo que algunas personas aquí no eran amistosas.
Rió. —Lo dijo.
Fruncí el ceño. —¿Eso que se supone que significa?
Sus ojos se abrieron y sacudió la cabeza. —No lo digo de una mala manera, pero alguno de los chicos de aquí y las familias del pueblo no son amistosos con él, ni con los otros como él.
—Los otros como  él… —dije lentamente—. No estoy seguro de saber lo que eso significa.
—Yo tampoco, —se encogió de hombros—. Como dije, la gente es extraña por aquí. El pueblo es extraño. Las personas están siempre afirmando ver hombres de negro corriendo por ahí, en trajes negros, no los actores. Pienso que son del gobierno. De hecho, yo mismo los he visto. También están las otras cosas que la gente afirma haber visto.
Recordé al hombre de la tienda. —¿Cómo qué?
Sonriendo, Taeyong miró hacia el frente del salón. El profesor no había llegado todavía. Se arrimó más cerca y bajó su voz hasta susurrar. —Vale, esto va a sonar loquísimo, y aclaremos una cosa. Yo no creo en nada de esta mierda, ¿De acuerdo?
Sonaba jugoso. —De acuerdo.
Sus ojos se encogieron. —La gente de por aquí aclama haber visto unas masas de luz allá arriba, cerca de las montañas Seneca. Como unas… cosas de luz en forma de personas. Algunos creen que son fantasmas, o extraterrestres.
—¿Extraterrestres? —Rompí a reír, atrayendo unas cuantas miradas—. Lo siento, pero ¿Es en serio?
—En serio —repitió, sonriendo—. Yo no lo creo, pero de hecho por aquí hemos tenido tráfico de gente buscando evidencias. No bromeo. Somos como en Point Pleasant aquí.
—Oh, vas a tener que contarme de eso.
—¿No has escuchado nunca del Hombre Polilla? —rió al ver mi cara—. Es otra cosa extraña sobre una criatura gigante que vuela y advierte a las personas antes de que algo malo suceda. Allá en Point Pleasant, algunos montón de gente. Y días anteriores a eso, reportaron haber visto hombres en trajes caminando por allí.
Abrí la boca para contestar, pero nuestro profesor entró. Al principio no lo reconocí. Su cabello castaño claro estaba recogido hacia atrás, y el polo se pegaba a su cuerpo, nada como la camisa gastada y los jeans en que lo había visto la última vez.
Suho era el Sr. Kim, mi profesor de biología. El mismo chico que había estado en la casa de Chanyeol cuando regresamos del lago.
Él recogió papeles de su escritorio y subió la mirada, escaneando la clase. Sus ojos se detuvieron en mí, y sentí como la sangre abandonaba mi cara.
— ¿Estás bien? —susurró Taeyong.
El Sr. Kim sostuvo mi mirada un segundo más y luego la retiró. Solté el aire que estaba conteniendo. —Sí, —susurré, tragando seco—. Estoy bien.
Me senté en mi silla, mirando al frente distraídamente mientras el Sr. Kim empezaba su clase, hablando sobre la materia que cursábamos y los laboratorios en los que íbamos a participar. La autopsia de animales obligatoria ya tenía fecha, para mi muy mala suerte. La idea de cortar animales, vivos o muertos me daba escalofrío.
Pero no tan malo como el escalofrío que me provocaba el Sr. Kim. Durante la clase podía sentir su mirada fija en mí, y era como si viera directamente dentro de mí. ¿Qué diablos estaba ocurriendo por aquí?

Obsidiana- [ChanBaek] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora