Había tres cosas que Gen amaba por sobre todas las cosas en el mundo: la psicología, la Coca-Cola y ver a su novia en ropa interior haciendo experimentos en la sala de la casa.
Sabía que Senkie no se preocupaba mucho por el aspecto de las cosas, mucho menos por el suyo propio, por ello no era una sorpresa llegar del trabajo y encontrarse a la peliverde mezclando sustancias altamente peligrosas con simplemente un sujetador blanco y unas bragas a juego. No negaba que la escena creaba un ligero calor tanto en su pecho como entre sus muslos, mas el recordatorio de todas las manchas y cicatrices que tenía la chica a lo largo de su cuerpo le hacían acercarse y regañarle cada vez que le encontraba en ese estado. Muchas cremas y antibióticos había tenido que comprar y utilizar por las malas costumbres de la contraria; eso sí no contaba toda la ropa que había quedado estropeada por las mismas razones.
Solo recordar aquellas lencería de encaje negro con agujeros debido al ácido le daban ganas de llorar. Era su favoritas.
Pero a pesar de la rutina y la costumbre, Senkie siempre llegaba a sorprenderle un día que otro. Aquella tarde por ejemplo, luego de terminar un Talent Show con su manager, había llegado completamente cansada al apartamento que ambas compartían. Con ganas de caer en cama y cerrar sus ojos por al menos nueve horas seguidas, no se esperó encontrar a su compañera moviendo mínimamente las caderas al rito de una canción lenta mientras hacía sabe ella qué sobre la mesa. Aquel día había decidido utilizar una de sus tantas batas de científica, de esas que tenían una abertura justo en la espalda baja, dejando ver la tela fina de la braga roja.
Una sonrisa se deslizó por su rostro y con paso lento y sigiloso quedó de tras ella. Deslizó de manera lenta ambas manos sobre la piel blanca, una sobre sus delgados muslos descubiertos y la otra sobre la tela que tapaba su cadera. La sintió sorprenderse bajo su tacto. No giró ni dijo nada, simplemente siguió en lo suyo, algo que Gen tomó como invitación a seguir. Su mano derecha ascendió sobre la piel lampiña de sus muslos, delineando la curva inferior de uno de sus glúteos con la uña de su dedo índice, mientras que con su izquierda invadía las zonas sensibles de la curvatura de su cintura.
Le ignoraba, y ella sabía que lo amaba. Le encantaba jugar con su cuerpo, sentir con sus manos el calor que emanaba del pálido de su piel, besar cada una de las marcas que cargaba sobre sí de tantos experimentos, lamer aquellas zonas que le hacían jadear, rozar su cuerpo donde más le hacía temblar, todo ello mientras dejaba su atención en algo más. Era un juego que ambas llevaban cada vez que la necesidad imperaba entre ellas. Uno donde, sin jactarse, tenía una racha ganadora del 100%.
Cuando sus manos llegan a los hombros desliza sin vergüenza la bata blanca, dejándola caer al suelo. Observa el cuerpo prácticamente desnudo de su chica, así como el contraste del rojo sobre sí, algo que le provoca dejar más matices sobre cada zona que pudiera marcar. Desabrocha sin pudor el cierre del ajustador mientras deja que sus dientes se claven en el cuello ajeno. Un jadeo por parte de Senkie se hace presente, así como sus manos tocando el lado blanco de su cabello bi-color. Dejar de prestarle atención a su proyecto científico para centrarse en el placer que le provocaba solo dejaba en evidencia una victoria más dentro de su racha ganadora.
Lamer el lóbulo de su oreja y quitar por completo aquel sostén fue solamente el inicio de aquella noche envuelta en calor, pues una vez que los ojos escarlata se encontraron con los grises, Gen prometió que quitaría aquella lencería roja con algo más que sus manos.
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Lencería
FanfictionHabía tres cosas que Gen amaba por sobre todas las cosas en el mundo: la psicología, la Coca-Cola y ver a su novia en ropa interior haciendo experimentos en la sala de la casa. ///////////////////////////////////////// Fandom: Dr.Stone Pareja: FemGe...