Golden Tales [Skydas]

16. Océano

Era Océano, una vieja amiga, retirada.

-¡Midas! ¡Tanto tiempo!- dijo emocionada Océano

-Caos sigue con vida- dijo Midas secamente

La sonrisa de Océano desapareció.

-¿Tenias que ser tan directo?- se quejó- Por algo viniste, ¿no es así?

-Necesito un plan, y necesito de tu ayuda, así como me ayudaste con el dispositivo...- respondió Midas.

-Entra

Océano tenía la casa repleta de planos, mapas, y armas, era una agente retirada, pero Midas aún la conservaba como amiga, y como referencia. Midas le contó absolutamente todo lo que había pasado, también le contó del sueño que tuvo, a Océano le pareció ridículo pero increíble todo lo que le contó, total, pasó el día y recibió bastantes consejos, decidió usar el dispositivo que estaba construyendo, también para contrarrestar a Sombra.

-Océano..., ¿no quieres regresar con nosotros?- preguntó Midas

-Midas, mi trabajo en las mafias ha terminado, ahora estoy en el anonimato, además sabes mis motivos

-Que no ibas a cambiar tus decisiones- respondió Midas

-Pero sabes que te ayudaré con cualquier cosa que necesites- dijo Océano con una sonrisa.

-Esta bien, gracias- respondió Midas antes de marcharse.

Ya era casi de noche, Midas decidió regresar a la Agencia, quería relajarse, y ver a Skye.

(Narra Skye)

Me pregunto como le estará yendo a Midas, tengo aún miedo por lo que pueda pasar, pero confío en él y sus habilidades.
Había ido al Tiburón a dar indicaciones de que debían hacer en mi ausencia, pues estaría en la Agencia hasta que Midas regresara, y cuando ya iba de regreso, me lo encontré, sentado al pie de la escaleras de la entrada.

~¡Midas! Vol- se paró y me interrumpió con un abrazo, le correspondí.

-No puedo arriesgarme a perder todo así- dijo mientras me abrazaba fuerte- simplemente no puedo perder todo lo que tengo, así de, fácil...

~¿De que hablas?

-Skye... no puedo enfrentar a Sombra solo, ya lo hice una vez y casi termino muerto, el Dia Prometido ahora será, el Juicio, Final... veremos quien, ganará...- dijo mientras sentí como sacaba las pistolas doradas de su chaleco

~¿¡Q-Que haces!?~ pregunté asustada

-Jefe, soy yo- escuché la voz de Tina

Midas bajo la mirada y consigo las pistolas, las guardó y se disculpó con Tina

-Tina, yo..., lo siento, ¿necesitas algo?- preguntó Midas con la voz débil

-¿Que decidiste?- respondió Tina