Harry Potter estaba solo, más solo que nunca. Tenía a su mejor amiga con él, pero no hablaban, muy apenas y se dirigían alguna mirada, y parecía que ella se quería ir, daba la impresión de que lo abandonaría en algún momento, tal como lo había hecho Ron.
Pensaba en las palabras que le había dicho y no podía evitar llorar, lo hubiera esperado de cualquier persona, pero no de él, quien le había dicho que siempre estaría a su lado y que había estado siempre con él, incluso en sus momentos más difíciles.
Ahora ya no estaba, y sin él nada era igual, no soportaba la idea de que posiblemente no lo volvería a ver, y no podía con no saber si estaba bien, se estaba volviendo loco.
"No, no sabes lo que siento, no tienes familia, tus padres están muertos"
Repasaba aquellas palabras una y otra vez, convenciéndose a sí mismo de que Ron solo había dicho eso porque llevaba el guardapelo de Salazar Slytherin en el cuello, pero era en vano, no importaba el motivo por el que las hubiera dicho, ahora ya no estaba ahí.
Intentaba odiarlo, intentaba convencerse de que sin él estaba mejor, pero era inútil, no podía ocultarse la verdad a si mismo, y la verdad era que él quería a Ron mucho más que a nadie, incluso en ese momento en el que se sentía profundamente decepcionado de él.
Aún esperaba que en algún momento se abriera la tienda de campaña que estaba en medio del bosque, y que por ahí entrara el chico que se había ido semanas atrás, no sabía que le iba a decir, pero no tenía razones para estar pensando en eso, él no volvería, y aunque lo intentara no podría... Se habían movido de ubicación desde entonces, estaban en otra parte del bosque y era imposible que Ron los pudiera encontrar.
Una pequeña lágrima recorrió su mejilla, mientras miraba la hermosa snitch dorada que le había heredado Dumbledore, y que le había dado más preguntas que respuestas.
- Harry... - escuchó a Hermione hablarle - ¿Puedes hacer guardia un rato? Quiero dormir...
- Si. – dijo el chico, levantándose de su cama y dirigiéndose a la salida de la tienda de campaña – Dame eso... - dijo, quitándole el guardapelo del cuello a la chica.
- No, así está bien...
- No vas a poder descansar si traes esa cosa encima, deja que lo lleve yo un rato.
En cuanto Harry se lo quitó Hermione pareció respirar de nuevo, le dedicó una pequeña sonrisa a su amigo, la que él devolvió.
Harry salió de la tienda de campaña y se sentó en el suelo, mientras pensaba "¿qué sigue?" no había logrado nada en las últimas semanas. Tal vez Ron tenía razón después de todo, no tenia ni idea de lo que estaba haciendo.
Un destello de luz azul celeste, similar a la que irradiaba su propio patronus llamó su atención desde la oscuridad, en medio del bosque no se veía nada más, después tomó una forma un poco más nítida; era una cierva, un patronus en forma de cierva.
Corrió hacia la cierva, que parecía estarlo llamando, el patronus entró en un lago que estaba cerca de ahí, como incitando a Harry a que también lo hiciera.
Echó un rápido vistazo al agua, en el fondo del lago se alcanzaba a distinguir algo, una espada, la espada de Gryffindor, aquella que llevaban semanas sabiendo que necesitaban para destruir el horrocrux, por algún motivo estaba ahí.
Se desvistió rápidamente, el agua estaba helada y no tenía ganas de meterse, pero no le importaba en lo absoluto, necesitaba conseguir esa espada.
Creyó escuchar que alguien gritaba su nombre, pero no le dio importancia en ese momento, se quería deshacer del guardapelo, lo odiaba, le hacía querer decir cosas que él jamás diría, y por su culpa había perdido a su mejor amigo.
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La espada de Godric Gryffindor {Rarry/Ronarry}
RomanceDespués de que Ron Weasley abandone a sus amigos en la búsqueda por los horrocruxes, Harry Potter podría estarse dando cuenta de que sus sentimientos por su mejor amigo tal vez no son los que el creía.