#12: "Despliegue"

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-Ten -Hanna se quitó al niño de sus hombros y se lo acercó al Caballero de Ren. El pequeño pataleó con una sonrisita y un pequeño moquito explotó de su nariz -. Vamos, agárralo.

-¿Qué se supone que tengo que hacer con esa cosa?

-Sostenlo un momento, idiota. Iré por nuestra comida, ve allí y ni se te ocurra hacer algo estúpido -le apuntó con su mirada hacia una mesa libre. Este tomó al pequeño Dameron desde las axilas, lo suficientemente lejos de él y de ese moco asqueroso saliendo de su nariz -. Ya regreso.

Lo último que necesitaba era ser la niñera de un mocoso. Si lo viera el Líder Supremo en esos momentos, ya le habría roto el cuello. Se dirigió hacia la mesa que aquella desesperante mujer le había dicho, sentó al niño en la mesa y se alejó un par de metros de él. Lo miraba de vez en cuando, por si este intentaba romperse la cabeza. Suponía que si eso pasaba, aquel montón de traidores lo dejarían como colador.

-Así que tu eres la altiva y maldita mascota de Kylo Ren. Pensé que era una broma pero mírate, aquí estás -Temiri dejó escapar un bufido y entrelazó sus manos para luego mirar al tipo frente a él -. ¿Te ofendí?

-He escuchado cosas peores, bastardo -este golpeó la mesa con los puños e iba abalanzarse hacia él cuando Hanna lo detuvo a través de la Fuerza y lo empujó hacia atrás. Su espalda chocó contra unas columnas y el ruido que hasta entonces era característico del comedor se sumió en un pequeño silencio -. Eso no hacía falta.

-¿Alguien más quiere arruinar mi comida? -Temiri rodó los ojos -. Sigan en lo suyo.

-¿Cómo alguien tan indisciplinada es una Maestra Jedi? -Hanna bajó su mirada hacia él y se encogió de hombros.

-¿Importa? -empujó la fuente de comida frente a él. Le hizo una seña a su hermanito y este gateó hacia ella -, porque a mí no.

-Según el código Jedi-

-¿Código? ¿Vas a enseñarme cómo ser una Jedi? ¿Tú, un Caballero de Ren que destruye aldeas enteras? ¿No crees que es un poco hipócrita de tu parte? -sus miradas se cruzaron peligrosamente -. El día en que demuestres que no eres un monstruo, aceptaré la corrección. Mientras tanto, ahórrate las estupideces -enfrió un poco el puré y se lo acercó al niño -. Come, puede que sea la última comida caliente que tengamos -le dijo a Blagg mirándolo de reojo.

*

-¿No crees que decirme que tenía un hermano, era una de las cosas que podrían haber llegado a mis oídos a parte de órdenes? ¿Por qué no me lo dijeron? -Rey aceptó al niño dormido de los brazos de su hija -. Nunca me hubiera opuesto a la idea, nada me hubiera hecho más ilusión que saber que Dameron y tú, finalmente se unieron. Es lo que siempre quise, siempre lo quise.

-Fue mi culpa, busqué la manera de decírtelo pero mis temores me detuvieron -murmuró por lo bajo acariciando la frente del pequeño -. Siempre cometo el mismo error, pensar algo que no es.

Salieron de la habitación. Hanna juntó sus manos y estas se ocultaron entre las anchas mangas de su capa negra. Rey caminó a su lado y lo hicieron un buen rato hasta llegar al exterior. Las últimas cargas ya estaban a bordo. Apenas saliera el sol, dejarían la base para siempre.

-No te culpo de absolutamente nada, madre. Me diste todo lo que podías y me guiaste incluso con aquellos miedos -colocó sus manos sobre los hombros de Rey -. Agradezco tu valor -ella llevó una de sus manos para acariciar su rostro -. Debería tener miedo, pero resulta que después de tantas noches sin dormir y de imaginarme estar frente a él, ya no me interesa que el momento ya esté cerca de suceder. Me obligará a tomar decisiones cuestionables, pero haré lo que sea por ganar estar guerra.

-Confrontar el miedo es el destino de un Jedi -dijo ella -. Y las mil generaciones que me ayudaron con mis primeras luchas, también cuidarán de ti. Confío en ti, Hanna. Más que nunca -esta vez Rey asintió con seguridad -. Nadie más que yo está orgullosa de la persona que te has convertido. Pero dejando de lado un poco en sentimentalismo, ¿cuál es tu plan?

-Bueno, lo mejor que sé hacer, infiltrarme -miró hacia el frente -. Y tengo a la persona perfecta que me ayudará con ello. No aceptará inmediatamente, pero he aprendido a ser muy persuasiva.

-Espero que sepas lo que haces.

-Yo igual, nos vemos del otro lado.

*

El amanecer llegó finalmente, la última nave en irse fue la de Leia Organa. Hanna había decidido ir con ella, al contrario del resto de los suyos que se fueron en el Halcón Milenario. El plan era simple, desplegarse, buscar a los aliados y atacar en los próximos días. Si la información que tenían era la correcta, sabrían dónde encontrar las flotas del Líder Supremo.

-Están locos -Hanna subió su brazo para mirar al Caballero de Ren sentado en su camastro -. Todo este despliegue es un maldito suicidio.

-Ah, sí. Es que ya están hartos -dijo esta volviendo a los suyo. Acomodó mejor su cabeza en la almohada y después de bosteza dijo: -. Pero tranquilo, no morirás. No hoy, todavía te necesito vivo.

-Muero de la emoción.

-¿Sabes jugar Dejarik?

-¿Crees que tengo cara de jugar un estúpido juego como ese?


Hanna Solo [Pt. II] - [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora