|Enamorado del enemigo| - Xue Yang y Xiao XingChen

Capítulo 20. Una cálida despedida

Exactamente a las cinco de la mañana, Lan Wangji despertó, tranquilo y sereno, como de costumbre. A su lado un joven de aspecto cansado meditaba sus elecciones de vida en silencio. Durante la noche, Wei Wuxian se mantuvo insistentemente llamando y tratando de convencer a Lan Wangji de liberarlo, aun así, el jade parecía no poder escuchar sus quejas o fingía no hacerlo. A la mitad se rindió, pero al final no pudo conciliar el sueño en toda la noche, dos manchas oscuras bajo sus ojos lo corroboraban.

HanGuang-Jun, luces muy tranquilo, a pesar de pasar la noche con un hombre, dormiste profundamente ¿Eh?— Wei Wuxian estaba descontento y sentía que podía reclamar su injusticia. Lan Wangji lo ignoro.

HanGuang-Jun, ¿todavía estas enojado?, ¿acostumbras guardar rencor?, eso es tan poco virtuoso joven jade— expresó su desaprobación. Lan Wangji lo ignoro.

En lugar de ponerle atención a Wei Wuxian, el jade estaba concentrado en sus propios asuntos. —Despertar— conjuró, rompiendo el encanto anterior. 

Antes de que Wei Wuxian escapará, un nuevo truco lo imposibilitó. El joven capturado fue presentado frente a su Alteza, envuelto en cuerdas espirituales.

Alteza, permítame explicar...— interrumpió Wei Wuxian, a penas pudo liberarse del trapo que cubría su boca. Pero Xiao XingChen no estaba dispuesto a escuchar, detuvo sus palabras con una mirada inconforme. Tal vez, las travesuras de Wei Wuxian habían ido demasiado lejos.

HanGuang-Jun, me informaron sobre el altercado de anoche. Me alegra saber que te encuentras bien— Xiao XingChen no tenía cara para ver a su invitado, después de todas las molestias que se había tomado al viajar de muy lejos, era asaltado por la noche —Y sobre lo otro, te pido disculpas, aunque no sea a mi a quien corresponde hacerlo— dirigió su vista y sus palabras al joven atado, que bajo la cabeza con pena.

Aunque Wei Wuxian lucía abochornado y arrepentido, en su corazón deshonraba al jade: "¡Estólido!, ¡Necio!, ¡Torpe!, ¡Estirado!, ¡Cretino!, ¡Estúpido mentecato!, por tu culpa su Alteza está enojado conmigo."

Wei Wuxian, también te disculparás ¿verdad?— su Alteza lo había llamado sin ningún rastro de familiaridad, en conclusión, debía disculparse.

Lan Wangji y Xiao XingChen esperaron sus disculpas pacientemente, pero su orgullo juvenil era más fuerte, fingió no entender la indirecta, y volvió a morder el trapo que amordazaba su boca, rehusándose a ceder.

El comportamiento infantil de Wei Wuxian, causó que su Alteza suspirara derrotado —Me encargare personalmente de que obtenga su castigo. Me disculpó una vez más.

Se lo encargo— el jade hizo una reverencia cortés, antes de abandonar el lugar.

Una vez solos, Wei Wuxian quiso conseguir su perdón, pero Xiao XingChen mostró toda su irritación —¡Weiiiii Yingggg!—. En este momento su dulce Alteza, era una estatua de jade aterradora, despidiendo llamas y oscuridad. Wei Wuxian tuvo que enfrentar la ira de su Alteza, como un indefenso corderito.

El amanecer no tardó en iluminar todo el reino, los jóvenes soldados encomendados para esta misión preparaban el carruaje.

No me disculparé, hasta que él se disculpe primero por humillarme frente a su Alteza— se quejó abiertamente.

Lo lógico es que alguien se disculpé, cuando hace algo mal. No esperar que la víctima se disculpé primero— expuso Nie Huaisang. A veces le sorprendía lo desvergonzado que podía ser su amigo.