Capítulo XI- final del año en Hokkaidoo parte 1

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-―Qué frio!―exclamó Taichi frotándose las manos.

Era sábado 29 de diciembre y acababan de llegar a Sapporo. A pesar de que había traído su mejor chaqueta, Taichi no podía impedir que un aire helado le golpease la nariz.

Miró a su compañera y entendió que no era el único con problemas, a Meiko se le habían empañado los lentes hasta el punto de cubrirle por completo los ojos.

―¿Necesitas ayuda?―le preguntó.

―¡¿Quién es?!―contestó Meiko asustada.

―¡Ta- i- chi!

―Perdón, no logro verte.

―¿Qué no me reconoces por la voz?

Contestó un poco irritado. Luego dejó escapar un suspiro y le ofreció ayuda.

―Traje algo para eso―dijo Mei, dejando caer un frasco de antiempañante―. ¿Eh? ¿Dónde está?

Taichi recogió la botella del suelo antes de que Mei pudiera tropezar.

―¿Piensan quedarse allí todo el tiempo?―los interrumpió Sora desde las puertas del hotel―. Debemos hacer el check-in.

Era cierto, apenas si había pensado en el lugar donde se hospedarían. Yamato había dicho que la agencia interesada pagaría todos los gastos, por lo que no tendrían de qué preocuparse. Además, tanto él como Meiko tenían boletos VIP para asistir al evento de fin de año.

La entrada del edificio no era muy llamativa y sobre ella colgaba un letrero que decía Dormy Inn Annex. Pero al pasar a la recepción Taichi se dio cuenta de que lo había juzgado mal. El hotel era  en realidad muy moderno, con paredes cubiertas por madera lisa y piedra. La sala de espera no era muy grande, pero tenía lindos muebles con relleno, una dispensadora de te caliente y plantas decorativas que le daban un aspecto sereno.

Las habitaciones tampoco estaban mal. Además de las camas, disponían de una mesa de trabajo, sillones y unas cortinas moradas. Él y Yamato compartirían una habitación y Sora y Meiko otra. El resto de los acompañantes tendrían un cuarto para cada uno.

―La banda y yo debemos hablar con el encargado ―dijo Yamato luego de descargar sus maletas.

Mientras Taichi se preguntaba qué hacer, alguien llamó a la puerta.

Era Meiko o al menos una parte de ella, la otra parte estaba ocultaba tras la pared.

―¿Qué haces?

Le preguntó, pero como esta se reusaba a asomarse salió del cuarto para verla. Meiko estaba usando uno de los kimonos del hotel, que curiosamente hacía juego con las cortinas.

Sonrió al verla. Le queda bien, pensó y recordó que años atrás habían tenido un encuentro similar.

―Sora y yo vamos a ir a las aguas termales, ¿quieres ir?―dijo ella con timidez, pero de inmediato  se corrigió―. Quiero decir, Sora y yo iríamos al de chicas y tu irías al de los chicos.

Pero Taichi ya había entendido lo que quería decir.

El cuarto de las aguas termales era quizás lo mejor del hotel. Era moderno, con techo de madera y lamparas amarillas y al igual que la sala de espera, tenía matas decorativas.

No encontró mucha gente a esa hora. La mayoría llegaría en la noche.

Se relajó un poco y a su mente volvió aquella comida que había tenido con Yamato un mes atrás.

―¿Tendrás un concierto en Hokkaido?- le había preguntado.

―Bueno, ¿recuerdas a Himura Yoshi?

Yamato se refería a uno de los miembros de su banda, Knife of day.

Taichi y Meiko, El recuentro. Una ero-historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora