Días después.
Pov Omniciente.
Mientras la pelinegra se lamenta por escuchar los problemas de los demás y pinta sus uñas, siente que no puede hacer las dos cosas a la vez y su desempeño no es el mismo que cuando está concentrada, tranquila. Pero aún así muerde su lengua para no acallar los quejidos del novio de su mejor amiga.
–Debo dejar los celos. No debí actuar así, pero a su vez ¡Ella debe entenderme también!– alega el joven.
–Ay por favor Tyler...
–Sí, lo sé, lo sé. Parezco un puto tóxico de mierda– despeina su cabello con frustración –Simplemente no lo puedo evitar.
–Ty escúchame.
–Nunca me había molestado verla con un chico, lo juro, confío en ella. Pero ese tipo...– gruñe sin siquiera nombrarlo –Que despreciable, la trata como su sirvienta, a todos en realidad, se cree el dueño del mundo.
–¡TYLER!– sin una gota más de paciencia se levanto de la silla –¡Ella es su empleada, él es el dueño de la empresa en la que trabajamos y puede dar órdenes si se le antoja! ¿Estás escuchando toda la mierda que sale de tu boca? Si quieres justificar tus celos, al menos hazlo con excusas lógicas.
Frustrada se planta frente a él, y lo señala con el dedo índice.
–Debes entender que por más que odies al Señor Pattinson no tienes por qué tratar así de mal a Tini. Ella es todo lo que está bien en este mundo, te ama y le lastima lo que has hecho estos últimos días así que te agradecería que dejaras de usarme como tu psicóloga para limpiar un poco tu conciencia.
Perplejo el chico se queda en silencio. Ella asiente satisfecha y guarda sus esmaltes con cuidado de no arruinar su manicura.
–Hoy Martina vuelve del viaje, nos pidió a Fran y a mí que fuéramos a buscarla– informa con desinterés fingido.
–¿En serio?
–Ajum– se cuelgo el bolso al hombre –Al parecer las cosas con el jefecito no salieron muy bien y no lo quiere ver ni en pintura.
Esperanzado sonríe parándose del sofá y la abraza eufórico, por su cabeza pasan miles de ideas para darle una bienvenida, pedirle perdón y reconciliarse.
–¡¿Por qué no me dijiste antes, Anny?!
Con una expresión de amargura la nombrada lo aleja y arregla su blusa al ver algunas arrugas en la tela.
–Porque no quería que te alegraras de las desgracias de tu novia.
–¿Pero qué...?
Lo interrumpe.
–Continúa así y en menos de una semana estarás soltero.
Como si una aguja hubiera pinchado su burbuja de felicidad, la mira molesta.
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Señorita Stoessel
Fanfiction−Mi nombre es Martina Stoessel, pero me puede decir Tini, señor− sonrío tendiéndole la mano. −Señorita Stoessel, bienvenida− dice con desgana sin apartar su mirada de la computadora. Confundida bajo mi mano. −Espero que no vuelva a venir con esa rid...