Aún estaba pensando si decírselo a Bean o callarme y abortar. Pero, si resultaba ser el hijo de Bean... Me sentiría muy culpable, porque tenía deseos de ser madre, aunque fuese un hijo de New... Me levanté y Bean no estaba, solo una nota. No la leí, tenía mucha hambre y fui a la cocina. Mientras me hacía un sándwich, me di cuenta de que la nota me sonaba... ¡Era la de la espada! Bean la había cogido seguro.
Corrí hacia la cama y cogí la nota, en el reverso de la nota había algo escrito por Bean, "Amor, no puedo perdonarle lo que te ha hecho, así que voy a acabar con él". Bean había ido a acabar con New. Me vestí tan rápido como pude y salí de casa, incluso sin llevarme llaves para luego volver a entrar, no sé por qué pero mis nervios me llevaron hasta el árbol donde quedábamos Bean yo hace cinco meses. Miré y el árbol no estaba. No podía ser- pensé. Me tiré al agua y empecé a sentir calor, un calor que me quemaba y de repente, algo me tiró del pie, estaba asustada, había muchos peces por ese lago. Me llevó hasta el fondo, mientras veía mi vida pasar en pequeñas y fugaces diapositivas. Finalmente, cuando me daba por muerta, en mi mente se dejó ver una imagen difuminada de Bean y mía, con un bebé precioso. Eso me dejó claro que si salía de esa, no abortaría, se lo debía a Bean.
Aquella cosa no me soltaba, me faltaba el aire, así que respiré. Seguía viva, no sé como podría estar viva estando a casi cien metros bajo el mar. Todo estaba oscuro, pero el colgante que me regaló mi abuela empezó a iluminarse haciendo una capa protectora alrededor de mí. Con ayuda de esa luz, vi a Bean y fui nadando hacia él. Tenía la espada en la mano, pero su espalda sangraba, se encontraba tirado en la arena del fondo del lago. New al contrario que Bean, se mostraba triunfante de lo que afirmaba el mismo, se trataba del cadáver de Bean. Rota en mil pedazos, nadé hacia Bean y viendo que no respiraba, me di cuenta de que había perdido al amor de mi vida y millones de lágrimas estúpidas e insignificantes surgieron de mis ojos, New se reía, no sabia si de mí o de haber matado a Bean, enfadada, triste, derrotada, furiosa y enamorada cogí la espada y le atravesé el pecho a New, la mantuve ahí hasta que vi a su podrida alma salir de aquel maldito cuerpo.
No sabía como salir de allí, ni sabía que hacer con Bean, me senté a su lado y seguí llorando durante horas. Hasta que dándome por vencida, caminé hasta una cúpula naranja llena de moluscos y pequeños animales marinos, me los comí crudos ya daba igual todo, no tenía nada.
Cuando volví, Bean no estaba, en su lugar había dos personas con los mismos colgantes que yo. Me cogieron contra mi voluntad e hicieron caso omiso a mis preguntas de dónde estaba Bean y quiénes eran. Finalmente, me dieron un golpe en la cabeza y me quedé inconsciente.
ESTÁS LEYENDO
Sí o No
RomanceUna joven llamada Martina D'Amico ha viajado a Roma en busca de trabajo, pero sin esperárselo se ve envuelta en un pentágono amoroso compuesto por cinco personas, del que le será muy díficil decidir con quién enamorarse de verdad. Cuando al fin deci...