Sus ojos se movían a alta velocidad, los únicos colores que se mezclaban en su cerebro eran el marrón del suelo y de los troncos y el verde de las hojas, cada cierto tiempo uno o dos colores alegres de alguna flor salían a saludarle. Sus pies se movían a una velocidad extrema y su corto cabello era tirado hacia atrás por el proprio viento que él estaba creando al correr.
Los animales no se asustaban de su presencia, ya estaban acostumbrados a él, unos pájaros le estaban siguiendo desde lejos, listos para su recompensa. Llego a la orilla del río, acerco sus manos y se las mojo para luego pasárselas por la cara. Nada mas acabar se giro para dirigirse a la cabaña, cuando un pájaro se poso encima de su cabeza, Kurt rió, le solía pasar esto, y solo cuando estaba a solas podía expresar la felicidad que le provocaba esto.
Entro a la cabaña, su casa. Era pequeña, si, pero así se calentaba con mas facilidad. La puerta estaba en el medio de la habitación, al lado derecho había un intento de cocina, donde se encontraban dos o tres platos sucios, una olla en remojo y una pila de pieles de verduras capaz de alimentar unos 100 animales. Al lado izquierdo se encontraba la cama, pequeña y deshecha, como no, y justo delante de esta se encontraba una cortina que tapaba el baño. Justo delante de Kurt se encontraba un escritorio, con una ventana justo delante, y con un espejo al lado.
Se acerco a este ultimo, en su pelo seguía el pájaro que se le había posado anteriormente, el marrón de sus plumas era casi igual al del pelo de Kurt, el cual rió por esta coincidencia, y por como casi llegaba a camuflarse. Se acerco un poco mas al espejo, sacando al pájaro de su cabeza y dejándolo reposar en su mano. Sus gafas seguían con la pintura que se le había caído esa mañana, seguía viendo bien porque no había caído en el cristal, así que tampoco es que importara tanto. El pájaro se subió por su sudadera, la cual irónicamente era también marrón, Kurt se dio prisa para sacar el móvil de los tejanos y le tomo una foto.
Se acerco a la ventana y cogió el bol que había a fuera, lo entro y lo puso encima del escritorio, el pájaro salto hacia el plato, Kurt aprovecho para abrir un cajón y sacar la reserva que tenia de comida de pájaros. La tiro en el bol y se sentó en la silla, viendo a Banyes comer. "Si me fui hace dos días, llevas todo ese tiempo sin comer?" pregunto algo preocupado. El pájaro le miro como si le entendiera e hizo una especie de asentimiento y siguió comiendo.
Kurt volvió a salir por la puerta y se dirigió a la parte de atrás de la cabaña, donde, viendo por la ventana, se podía ver a Banyes acabando de comer. Cogió el sobre de comida para pájaros y lo echo en la caseta que tenia ahí, donde quedaba un poco de comida. Banyes salio por la ventana, que tenia una especie de puerta de esas para gatos, pero para él.
"Lo siento por tus alergias, pero si te pongo mas comida te la van a robar." Dijo Kurt, explicando por milésima vez el motivo de que Banyes se tuviera que morir de hambre cada vez que Kurt se iba de la cabaña durante mas de unas horas. Banyes se le acerco y le dio una especie de beso, luego se apoyo en su hombro, agarrándose bien con las garras.
Unos pájaros se acercaron a la comida y empezaron a comer, dando antes una especie de agradecimeinto a Kurt. Kurt volvió a entrar y empezó a coger todas las pieles, para llevarlas a fuera, al compostador, saco el que tenia ya hecho y tiro las pieles.
El que tenia lo llevo a donde estaba antes y empezó a tirarlo por ahí, si no mejoraba con la cosecha tendría que mudarse a la ciudad. Como la odiaba, no había un solo sitio en el que pudiera relajarse y tocar la tierra, todo era piedra, con solo entrar al bosque Kurt ya se sentía como si hubiera dormido 3 días, pero era solo momentáneo.
Después de acabar de hacer sus tareas diarias se sentía muy cansado, pensaba hacer la tarea de el instituto, pero estaba demasiado cansado como para hacer algo, aunque fuera muy atrasado por culpa de la ciudad y del hecho de que no se pudiera concentrar ahí, sus pies se dirigieron a su cama, se sentó en ella y se quito la sudadera, debajo ya llevaba la camiseta de pijama, por lo que solo le hacia falta quitarse los pantalones y ponerse los otros que tenia, eran muy gorditos y calentitos, le encantaban, antes de tumbarse en la cama se miro en el espejo, parecía un peluche, lo que siempre le decía su madre, sonrió.
Se fue a su cama, abrió la puerta de la jaula de Banyes y este apareció a los segundos en la jaula. Kurt se tumbo mirando hacia arriba, sabiendo que no seria capaz de hacer nada mas ese día por mas que lo intentara, asi que cerro los ojos y se durmió al segundo.
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Buenas :)
Llevaba queriendo empezar esta historia años ya, así que decidí publicar unos capítulos que ya tenía escritos.
Lo más seguro es que actualice una o dos veces por semana, ya lo veré.
Esta historia está escrita por un adolescente, no por Steven King, ok?
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Tower Of Elements
Fantasy-Bienvenido a la torre- dijo Kendra con un tono triste. -Donde estaremos encerrados hasta que encontremos al... problema. Adolescentes con problemas parentales encuentran una solución a todos sus problemas en la torre, un lugar donde todos ellos se...