Tacos al pastor.

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Una joven se encontraba caminando cerca del centro de la ciudad un jueves por la noche, estaba algo hambrienta

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Una joven se encontraba caminando cerca del centro de la ciudad un jueves por la noche, estaba algo hambrienta. Puso la mirada sobre los puestos de la calle, muchos eran de comida y estaban algo llenos. No comería en uno de esos, tenía algo de miedo del coronavirus, siguió observando los puestos hasta que vio uno donde solo se encontraba un joven con una gran melena rubia.

Apresuró el paso para llegar donde el joven rubio, a medida que se fue acercando pudo escuchar que aquel sujeto decía "Umai" con gran entusiasmo.

— Buenas noches —saludó la joven esperando ser escuchada por el rubio, sin embargo, este solo la ignoro y continúo diciendo "Umai"— ¡Buenas noches! —repitió levantando la voz.

Unos ojos bicolores observaron a la joven, pero ella no supo que decir, el color de cabello y ojos de aquel joven era muy inusual.

— ¡Buenas noches, señorita! Bienvenida a la taquería de Rengoku —exclamó con gran entusiasmo y una enorme sonrisa—, mi nombre es Kyojuro y usted es mi primera clienta de la noche así que espero pueda disfrutar de mis tacos tanto como yo —soltó mientras se levantaba de una silla de plástico dejando ver varios platos sobre la mesa y colocando su cubrebocas en su rostro.

— Quisiera decirle que si ha escuchado rumores extraños sobre mi taquería son completamente falsos —dijo el rubio mientras se acercaba a la mesa para limpiarla y recoger los platos que se encontraban en esta.

—¿Rumores? —cuestionó la joven.

— Si se ha dado cuenta mi nombre no es común en este lugar, soy de Japón, pero por cuestiones personales me encuentro aquí y debido a mi nacionalidad muchas personas de los puestos vecinos dicen que mis tacos son de perro —explicó mientras se colocaba el delantal para después lavarse las manos.

Al escuchar sus palabras no pudo evitar sentir enojo sabía que la situación para todos los puestos y restaurantes era difícil, pero inventar algo de esa magnitud era muy bajo.

— No se preocupe Kyojuro, no creo en esos rumores usted me parece una persona muy amable y honesta, comeré una orden de tacos al pastor —afirmó la joven. Le parecía un poco extraño hablarle de usted ya que parecían tener una edad similar, pero él había comenzado a hablarle así, sonaba como un profesor — ¿Dónde puedo lavarme las manos? — preguntó la joven.

Mientras se lavaba las manos pudo ver como sacaba una espada, en ese momento quiso correr ya entendía porque era la primera cliente de la noche y probablemente la única persona que se había acercado a comer ahí.

­— No se asuste señorita, con esta espada no mataré a nadie —explicó con mucha energía mientras comenzaba a preparar la carne—. Un viejo compañero me dijo que sería una forma muy extravagante de cortar carne y podría atraer muchos clientes, una vez 3 jóvenes se acercaron tenía la cara cubierta lo que me resultó algo extraño, al ver mi espada salieron corriendo, pero eso no me va a desanimar continuaré perfeccionando la receta hasta tener clientes todas las noches —parecía tener una gran sonrisa detrás del cubrebocas.

La taquería de Rengoku |One-shot|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora