Prueba de amistad

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En una mansión de Italia, habían siete hombres reunidos para tratar asuntos de la conocida famiglia Vongola.

Se podía escuchar el sonido de una flauta japonesa y... ¿Ronquidos?

—¿Revisaron los documentos? —Preguntó G con dichos papeles en mano—. Ugetsu, no toques la flauta. ¡Lampo, despierta!

—¡Mgah! —Exclamó el menor al recibir un golpe en su cabeza por parte del arquero.

G dejó los papeles sobre la mesa y retomó la reunión.

—El próximo plan es bastante complicado, memoricen los documentos y vayan con todo.

La seriedad de G no impidió que Lampo bostezara.

—¿De verdad escuchaste todo Lampo? —Le preguntó Knuckle.

—¿Eh? ¿Yo? —El monje asintió y volvió a hablar.

—Ya es hora de que corrijas tu hábito de retroceder en el frente.

—Pero lo que da miedo da miedo, deberían agradecerme solo por participar.

—¿Qué dijiste? —Preguntó con una vena hinchándose en su frente.

Lampo tembló ante la mirada del cura y tragó grueso.

—Ma, ma. Aunque sea entre lágrimas Lampo sí cumple con su papel al final, es respetable. —Intervino Ugestu con su característica calma.

—Sí, así es. —Dijo Lampo alzando el mentón con una sonrisa.

—Oh por favor, no lo concientas. —Dijo G, sabiendo que Ugetsu no lo escucharía.

Todos voltearon al escuchar que una de las sillas se movía, era Alaude que se había levantado.

—¿Eso fue todo en la reunión? Si no hay nada más me iré. —Declaró recogiendo sus cosas.

—Yo también tengo trabajo pendiente. —Dijo Daemon desde su asiento.

—Bueno esperen. ¿No tienes nada más que decir Primo? —Preguntó G a su jefe pero este no reaccionó—. ¿Primo?

—¿Umm? ¡Oh! —Exclamó el rubio salir de su ensoñación.

—¿Qué pasa, algo en tu mente?

—No, estoy bien. Chicos, cuento con ustedes para el resto.

—Sí. —Respondieron los guardianes al unísono.

—Bueno, ya pueden irse.

Con la señal de G todos comenzaron a recoger sus cosas.

—Fuaaaa, no importa cómo lo mires las reuniones no son lo mío. —Comentó Knuckle luego de estirarse.

—Ya pasa del medio día. —Habló esta vez Ugetsu.

—¡Oh! Con razón me sonaba el estómago, ¿qué opinan chicos, por qué no vamos todos juntos a almorzar? —Los invitó Knuckle.

—Ah... Yo... No necesito almorzar. —Dijo Giotto desviando la mirada.

—¿Mm, entonces no irás? —Preguntó decepcionado Knuckle.

—No, tengo algo que hacer después de esto. Los veo luego. —Se despidió Primo yendo hacia la puerta.

—Oye, yo iré contigo. Es mejor que tengas una escolta. —Lo siguió G.

—No, estoy bien solo. Hasta luego chicos.

—Oh, hasta luego. —Se despidió Knuckle algo aturdido.

—Mmm, eso es extraño. Para qué él se vaya antes que cierta persona... —Dijo Daemon mirando a Alaude por el rabillo del ojo.

¡KHR Drama CD Traducciones!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora