Capítulo 37

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Narra Santiago

Estoy aturdido, tengo un nudo en la garganta que no me permite hablar. El medico seguía hablando con los hermanos Aryen, cuando una enfermera salió gritando, su cuerpo había entrado en shock.

Fue tan solo un segundo, un segundo me alcanzo para ver a Claín con miles de cables saliendo de ella mientras trataban de estabilizarla. No puede estar pasándonos esto, íbamos a vernos en unas horas y ahora ella está ahí. En una cama.

Mi atención recae en un movimiento brusco del rubio, de repente el medico ha salido de la habitación de Claín y el rubio se ha abalanzado sobre él, pero Mateo logra agarrarlo y frenarlo en su camino

-¿Qué nos preparemos para lo peor?- dice hacia el hombre que lo mira preocupado.- ¿Tiene una puta idea de quien está ahí adentro?- el rubio se suelta del agarre de Mateo y agarra de la bata al doctor.- En una semana, en una puta semana cumple diecisiete años.- dice casi a gritos señalando con la cabeza hacia la habitación de Claín, todo esto bajo la atenta mirada de todos los presentes.- Y usted, me dice que debo prepararme para lo peor, usted no tiene idea.- pero entonces toda la furia se transforma en tristeza y lágrimas caen por el rostro del joven.- Ella es mi mejor amiga, mi hermana, mi bebe, mi mitad perfecta como demonios se atreve a decir que me prepare para lo peor.- dice sacudiendo al hombre. Me paro e intento contenerlo, alguien debe hacerlo, Stephano está perdiendo el control. Tal vez parezca raro, pero Mateo está consolando a su hermana, alguien debe estar con el rubio, después de todo su otra mitad no está en estos momentos. Me pide que lo suelte, pero mi agarre no cede. Entonces su llanto se vuelve desconsolado y me abraza mientras grita.- llevo elaborando una figura de un dragón durante meses para su cumpleaños.- dice entre sollozos mientras se instala una opresión en mi pecho por no poder hacer nada más- En una semana ella cumplirá diecisiete y él me está diciendo que ella morirá, que nunca vera el dragón que talle para ella, que no vera la snitch dorada en su fiesta, solo quería una puta fiesta de Harry Potter y ahora ella está muriéndose.-entonces con voz temblorosa me susurra en el oído de tal manera que solo ambos podemos escuchar.- Siempre está diciendo que tú la haces ser mejor persona.- su mirada demuestra la tristeza que siente y la impotencia mezclada en ella. No puede hacer nada, bueno, no podemos hacer nada. Solo lo escucho llorar mientras el nudo en mi garganta se hace cada vez más insoportable.

El medico sigue sorprendido por todo y es entonces cuando Mateo habla con él, parece que indaga un poco más sobre posibilidades o a que se refiere, pero es lo que tememos, Claín talvez no despierte, Claín talvez no vuelva a gritarme que no la abrace a cada momento o a decirme que tome chocolate caliente con ella en pleno verano, simplemente Claín podría morir o mejor dicho está destinada a morir.

El llanto de Fernanda llama mi atención y está siendo abrazada por mi hermano, no sé cuánto ha pasado ni en qué momento han llegado todos, solo sé que todos tenemos esa mirada de tristeza y dolor, de preocupación e impotencia. Y miro a mi lado y el rubio está sentado abrazando sus piernas como si quisiera desaparecer, no ha parado de llorar. Y trato de ser lo más fuerte posible, intento serlo, pero ¿Cómo lograrlo cuando mi corazón llora? ¿Cómo ser de ayuda cuando ni siquiera sé cómo sigo aquí sin gritar o perder la cordura?

Debí pedirle que se quede, que no vaya, debí pedirle talvez que llegue tarde, y es que no me explico cómo demonios llegamos a esto.

Unas pisadas fuertes llaman la atención de todos.

Y frente a nosotros estaba la abuela Aryen.

-¿A quién velamos?- dice con voz imponente, ganándose una mirada de desagrado por parte del rubio.- ¿Se puede saber porque esto parece un velorio? ¿Claín ya falleció? No me digan que llegue tarde.

Claín, fuego congeladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora