Capítulo 12

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Soy una loca desquiciada, si, eso es lo que soy, solo me enamoro de puro imbecil, con carita linda y cuerpo perfecto, pero joder, es que se pasan de buenos. Estas semanas he evitado a toda costa a los idiotas de Felix y Marcus, no quiero saber nada de ellos, nos hicimos mucho daño, y es mejor olvidarnos de nuestras existencias, aunque no puedo negar que los extraño, y bastante, si, a parte de loca masoquista, la combinación perfecta.

Hoy he decidido que nada ni nadie me va a importar, me encuentro en una discoteca, bebiendo como loca desquiciada, si, ya no estoy en mis cinco sentidos, así que no estoy consciente de lo que estoy haciendo precisamente.

- Debes de parar ya, estás muy borracha - mi mejor amiga me interrumpe quitando de mi mano el pequeño vaso el cual contenía licor-
- Déjame ser feliz.
- No sabes ni lo que dices.
- Claro que si, no estoy borracha.
- ¿Ah no?, párate y camina sin tambalearte.
- Pff, eso lo puedo hacer hasta con los ojos cerrados.
Mala idea, muy mala idea, solo bastó con pararme para dar dos pasos y luego caerme.
- Uy si, pan comido para ti, ¿con los ojos cerrados dijiste?
- Ya, no me jodas.
- Entonces no bebas más, pareces una loca.
- Eso es lo que soy.
- Ay por Dios.
- Me woa matar este es mi último wii - Grité con todas mis fuerzas para luego saltar de mi asiento y recibirme el piso-.
- Ay no, que vergüenza. - Todos nos miraban raro- Ella no viene conmigo.
- ¿Cómo es eso de que no vengo contigo?, obvio si viene conmigo, no ven que es mi novia. - Digo mientras me paro-
- Cállate mujer, me estás dejando en vergüenza.
- Ay, disculpe su majestad.
- Solo siéntate.
- Ohhh, esa es mi canción. - Caminé como pude hasta la barra y me paré en aquel muro, moviendo mis caderas y cantando como loca.-

POV MARCUS

David: Oh, no sabes el show que está haciendo tu ex.
Marcus: ¿De qué hablas?
David: Está montada en la barra bailando y gritando como loca, pero, uff, se ve jodidamente sexy con esa ropa que tiene.
Marcus: ¿De que mierda hablas?
David: Párate y mira lo que está haciendo.
Me paré de mi asiento y fui directo a la barra, y ahí la vi, meneando sus caderas de una forma muy sensual, ¿pero qué demonios hace?, a su alrededor habían muchos hombres, mirándola de una forma que no me gustó para nada. Fui directo a ella, estrujando a todo el que me encontrara, tenía demasiada rabia. La tomé de la cintura, y cargue como un bulto de papas, y la llevé hasta los baños.
Con delicadeza la senté en los lavamanos y me posicione entre sus piernas.
Marcus: ¿Qué mierda estás haciendo?
Martina: Viviendo mi vida.
Marcus: ¿Estás borracha?
Martina: No, nada que ver.
Marcus: Estás loca.
Martina: Y tu eres un idiota.
Marcus: Solo te advierto una cosa, si llega a tocarte más de lo indebido, es hombre muerto, si llegas con los labios rojos, marcas en tu cuello, cabello desordenado, y caminando raro, es hombre muerto, así que es tu decisión, vete si quieres.
Ella se iba a levantar, decidida a irse, pero la detuve y volví a tomarla de la cadera.
Marcus: Ohh, decisión equivocada.
La besé con todas mis fuerzas, al principio ella intentó separarse pero al final terminó accediendo. Nuestros labios jugaban de la mejor manera, era como si ambos necesitáramos esto. Y cuando estábamos en el mejor momento, la falta de aire nos jugó una mala pasada. Nos separamos y unimos nuestras frentes.
Marcus: Te extraño.
Martina: Yo también te extraño.
Marcus: Te necesito.
Al terminar la frase la volví a besar, está vez apasionadamente, mientras mis besos bajaban a su cuello y mis manos recorrían toda la anatomía de su cuerpo, ella desabrochaba mi pantalón para luego bajarlos.
Martina: Te necesito.
Solo bastó con que ella me dijera eso para que yo subiera su falda y bajara sus bragas, para luego introducir mis dedos en su zona íntima, cuando estaba lo suficientemente mojada introduje mi miembro en su intimidad, mientras la besaba apasionadamente, nuestros movimientos eran rápidos, el sonido de piel con piel hacía eco en toda la habitación junto con nuestros gemidos.

La escuché gemir mi nombre varias veces, ambos necesitábamos esto, aún la amo, y no quiero perderla, si, me ha hecho daño, al igual que yo a ella, pero somos unos masoquistas que se aman, así que no me interesa lo que diga la gente, con esta mujer me caso.

La habitación estaba inundada con nuestros gemidos, ella me pedía cada vez más, y yo accedía sin ningún problema, estábamos llenos de placer, y mis movimientos se hacían cada vez más rápidos y profundos, y si, en aquel lugar la hice mía por segunda vez.

POV MARTINA

Esto es lo mejor que me ha pasado, lo necesitaba de nuevo dentro de mi. Toda existencia de alcohol en mi sangre desapareció en el momento que él me besó, sus labios contra los míos, se sentía tan bien, nos sabia si era solo sexo, pero rogaba porque el pensara igual que yo, lo necesitaba en mi vida, porque si, lo amo.

Marcus: Fue lo mejor que me ha pasado en mi vida, mujer eres jodidamente perfecta, hecha a mi medida.
Martina: Eso no pensabas hace algunas semanas.
Marcus: Lo siento mucho, no era mi intención herirte, bueno, si lo era, estaba muy mal, porque me hiciste sentir como un juguete, y eso me dolió mucho, me dejaste por el suelo, no te importó lo que yo sentía, te dije que sin importar tu decisión estaría para ti, pero tu no me dejaste, me apartaste de tu vida.
Martina: Lo siento Marcus, no quería hacerte daño.
Marcus: Soy un hombre que no sabe ya lo que es sentir dolor, he aprendido a soportarlo, pero cuando tu me dejaste volví a sentirlo, y tuve que lidiar con este, de la mejor forma que sabia, meterme con mujeres, pero te aseguro que ninguna me hacia sentir igual de bien como tu lo haces. Te extraño Martina.
Martina: Tu también me hiciste daño, ambos nos hicimos daño, no puedo permitirme que eso vuelva a pasar.
Marcus: ¿Es decir que solo fue sexo para ti?
Martina: No, esto no fue solo sexo para mi.
Marcus: Entonces, ¿volvemos a intentarlo?

Él Y Mi Otra YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora