¿Creíste que era el final? Apenas esta comenzando. Lo que al principio parecía una luz que guiaba a un final feliz se convirtió en una oscuridad ahogada que podría poner en riesgo un amor como el de ______ Miney y Joel Pimentel, tantos secretos, tan...
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Narra _____.
Celine.
El nombre de la chica cuya historia con mi novio es mucho más grande que el monte Everest, trago en seco giro mi rostro y fulminó a Joel con la mirada para luego sonreírle a ella.
Debo admitirlo, me sentía insegura, Celine parecía ser la chica perfecta de en sueño que cualquier hombre quisiera tener, parecía tener en todos los chicos un efecto muy diferente al mío en la primera impresión y ahora tenia un poco de miedo, las cosas estaban tranquilas dese la ultima vez y para ser sincera me sentía inútil, ahora me siento insegura. Ella era alta, tez morena, una nariz perfectamente perfilada, su cabello negro azabache caía hasta su trasero, largo y ondulado, curvilínea y muy femenina. No pude evitar pensar en que ella fue su primera novia y por lo tanto es lo que a el le gusta, somos tan diferentes, no mido mas de 1,65, cabello corto, para nada curvilínea y sobre todo, para nada femenina solo en ocasiones especiales.
Suspire, — Es un gusto Elli...
Ella me regala una cálida sonrisa, — Igualmente hermosa, Debbie.
También es amable.
— Si no les molesta, me gustaría subir a descansar. — dice su padre.
Asentí, — Puedo llevarlo si gusta.
Haría todo por no ver el momento en que todos dejen de prestarme atención por dársela a la increíble Celine.
—Me encantaría Debbie. -dice agarrando una maleta.
Me acerco y tomo la otra, entramos en el ascensor, — En la habitación 27. — escucho la voz de Joel, asentí.
El ascensor se cierra y al fin puedo dejar escapar un largo y aliviador suspiro, como si no tuviera al lado al hombre que asesino a mi hermana sin misericordia alguna, trato de olvidarme de eso y mejor me centro en el hecho de que hoy no tengo que quedarme para ver un desastre natural destruir todo, hoy puedo escapar y refugiarme en mi casa.
— Cuando te vi, Debbie, me pareciste un rostro conocido. — dice él.
Fruncí el entrecejo, — Créame el suyo también.
— Cuéntame ¿Cómo llegaste a esto? ¿Tus tíos tienen algo que ver con la mafia?
Negué, — No, para nada, ellos eran panaderos y me criaron como una chica normal pero...
Vamos miéntele, esta vez es por una buena causa, hazlo, es lo mejor que has hecho estos años, mentir.
Aparecieron, las voces en mi cabeza.
— Pero cuando me mude a Miami casi soy secuestrada por los Gregorianos, una pandilla y Joel me rescato, me recibió y me entreno.
Asiente saliendo del ascensor junto a mi, —¿Cuánto tiempo llevas aquí?
