†Cap 5†

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Dos de los tres días del celo han pasado, sus instintos cada vez estaban más desesperados y deseosos de su alfa, ya lo había encontrado, entonces ¿Por qué no podían estar juntos y que el lo cogiera hasta dejarlo en espera? Fácil respuesta, estaba encerrado en su habitación, ya que la suprema deidad se enteró por boca de los angeles chismosos que hay en esa mansión de que ya todos habían encontrado a sus destinados, y que aún así estaban dispuestos a aceptar a los arcángeles en cuestión de sus hijos, pero... ¿Y el y Sael? El no tenía un padre o un hermano, su padre murió en la guerra santa, y su hermana hace mucho había sido exiliada por enamorarse de un Omega humano, así que no podía verla, esa noche, estaba en total desespero, su cuerpo temblaba y pedía con desespero el toque de su alfa.

Sintió que algo, o más bien, alguien se colaba desde la ventana de su habitación, giro su rostro para visualizar la silueta que estaba ahí, no sabía a quién le pertenecía, pero el olor a limón, totalmente dominante le hizo abrir sus piernas y entregarse, aquella silueta se acercó retirando sus ropas tirando las en el suelo, al estar totalmente desnudo y estar un poco más a la luz de la luna pudo el Omega darse cuenta de quién se trataba, nada más y nada menos que aquel demonio moreno que conoció el día anterior, mantuvo sus piernas abiertas, a lo que el otro se acomodo entre sus piernas, agarro la pierna derecha desde la parte de abajo de su rodilla, la acerco a su boca repartiendo besos desde la punta de sus cinco dedos dirigiéndose lentamente hasta su muslo y desviándose a su vientre y no deteniéndose en el duro miembro del omega, subió sus besos por el estómago, pecho, deteniéndose un momento para admirar los pezones rosados y llamativos de aquel lindo Omega, acercó su boca al izquierdo mordiendolo con algo de brusquedad sacándole un gemido al Omega, el cuales ataba encantado de aquel maltrato. El moreno volvio a bajar su cabeza a los pezones ahora chupando los y lamiendo los dejándolo algo rojo e hinchado, no se detuvo en el otro y simplemente subió por el cuello de este llegando al fin a su rostro, lo miro fijamente a los ojos, rojo y rosa se encontraron, aquellos dos hermosos colores simplemente se miraron hasta que el ojo rosado llevo sus brazos al cuello del otro besándolo con fiereza y brusquedad, buscaba dominar en aquel beso, más el otro no se lo iba a permitir, mostrando cuánta experiencia tenía al momento de besarse con alguien, aquello hizo que el Omega se sintiera algo frustrado, SU alfa se había besado con cuánta perra se le atravesaba, eso no le agrado, se separó del beso mirándolo a los ojos

-¿Con cuántas perras lo has hecho?_ pregunto claramente molesto, su celo no le impidió poder decir bien aquellas palabras

-No debo responder eso, pero tú no eres de esas perras, tu eres mi omega- dijo el otro para pasar sus manos por el pecho, estómago, vientre hasta llegar al miembro de el empezando a masturbarlo con rapidez sacándole gemidos al Omega, su otra mano bajo hasta la entrada de este sintiendo lo húmedo y mojado que se encontraba por su celo y la estimulación que se le estaba dando, metió un dedo en la entrada del chico lo movió en círculos generando en Hiroto una electrizante sensación, le dolía, después de todo era su primera vez, ya que al no tener tiempo por estar entrenando nunca se dió la oportunidad de tener sexo con algún beta de Celestia, pero ahora no estaba con cualquier persona, oh claro que no, estaba nada más y nada menos con un demonio, demonio y destinado, por la puta, el tenía muchas ganas de conocer a su destinado, pero jamás pensó que sería un alfa tan guapo y condenada mente sexy demonio, más aún así, ahí estaba abierto de piernas siendo preparado por el para recibir el enorme pedazo de carne que le colgaba entre las piernas.

Sus pensamientos fueron interrumpidos al sentir otro dedo dentro de el, lo hizo gemir y arquear su espalda, miro hacia abajo, justo donde se encontraba aquel demonio teniendo una mano en su miembro y la otra en su entrada con dos dedos adentro, aquellos ojos rojos lo miraban, se sentía devorado con solo la mirada, le hizo sentir un temblor violento por sus cuerpo, gemidos, jadeos y suspiros salían de su boca, sus manos se sujetaron, una a la almohada y la otra al largo cabello del alfa el cual lo había mantenido amarrado

Yo Te Esperare/ Temporada Dos De Los Siete Pecados CapitalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora