Apariencias - ¡Mírame...! No podrías amarme (libro 1).

Capítulo 15

Irlanda 1815 Castillo de Leinster

Han pasado tres semanas de la tragedia de Violet, vamos camino a Irlanda, he llorado casi todos los días desde que le llegó la carta a mi padre enviada por la duquesa viuda de Leinster. Vamos tres caravanas, lástima que mi hermano va viajando con su amigo Iain rumbo a América. Mi padre le escribió, pero la leerán en tres meses, un mes después de su llegada. El primer carruaje es el del condado de Ross, donde van los condes y Emmy con varios soldados escoltando nuestra caravana, luego seguimos nosotros, la señorita Bird va a mi lado. Por momentos me aflijo, no me imagino lo que debe estar sintiendo sin su madre, hermanos y su padre al borde de la muerte. Nos sigue el carruaje de los condes de Portland con Jade y Lucy. He de suponer que los duques de Montrose también van en camino, teníamos muchos años de no reunirnos las cinco, no me imaginé que sería por esta tragedia, tenía la ilusión que sería para nuestra presentación en conjunto. El viaje no ha sido nada placentero.

—¿Cuánto falta padre?

—Un par de horas por mucho si no tenemos ningún percance —estos días viajando han sido agotadores. Pero ansío llegar a brindarle mi apoyo a mi amiga, darle un abrazo—. Ven acá Abbey, debo decirte algo, muy delicado —cambié de asiento, ahora estaba al lado del marqués, con su pañuelo limpió mis lágrimas.

—¿Qué sucede?

—Hay algo que no te dije de la carta enviada por la duquesa. Violet... —miró a mi institutriz—. ¿Podría ayudarme señorita Bird?

—Milady, su... Lady Mowbray fue violentada —los miré a los dos. ¿Qué es eso?

—Me suena a violencia, ¿qué significa? Los malhechores que asesinaron a su familia ¿la golpearon o ultrajaron? ¡No se queden callados! Díganme la verdad, ya saben que no descansaré hasta averiguar exactamente qué significa eso y en qué términos me lo están diciendo.

—Hija, en este caso violentar es cuando un ser sin escrúpulo roba la virtud a una señorita y la deja en desgracia.

—La virtud... ¿lo que usted me dijo qué debo conservar hasta que llegue mi esposo?, por eso nadie debe tocar mi cuerpo, aunque no sé qué es lo que no debo entregar, entiendo y comprendo lo inculcado en mi al referirse que mi cuerpo es un santuario prohibido... —el corazón me palpitó de manera vertiginosa. ¿Eso quiere decir que un hombre tocó a Violet? Hace unos meses comencé a prepararme para ser presentada.

—¿Cómo se robaron eso si es tan íntimo?

—Hay hombres carentes de caballerosidad. El favor que quiero pedirte dado que eres la líder de tus amigas, es que tengan prudencia con Violet, he de suponer que de ahora en adelante su vida cambiará.

—¿A qué se refieren con que cambiará?

—No podrá ser presentada —intervino la señorita Bird con pesar en su mirada.

—Violet soñaba con ser presentada, ella no fue culpable.

—Abbey, así es la sociedad, Lady Mowbray ya no puede aspirar a un matrimonio —la mirada de pesar en la dama me hizo callar.

—Debes apoyarla, demostrarle que los amigos están en los malos momentos.

—Gracias padre —el resto del trayecto fue en silencio, acomodé mi cabeza sobre el brazo de mi padre, me abrazó brindándome más comodidad, me quedé dormida. Desperté cuando el carruaje se detuvo.

El castillo de Leinster era imponente, nunca había estado en ninguno. Iona si me ha contado lo mágico que es su hogar en Escocia. Nos recibieron conforme los protocolos. Ryan llegó solemne, a él siempre lo he visto descomplicado ahora estaba en su papel de anfitrión y duque, no el médico que solía visitar mi casa en Londres, él y Declan son los que eventualmente pude ver en estos años después de esa gran reunión con todas las familias. Siendo el duque quien más se reunía con mi hermano para hablar de sus negocios. Después de todo el protocolo y la parafernalia llegó la duquesa viuda, se saludaron entre las damas. No podía con la angustia, miraba a Emmy y a Jade, cuando iba a interrumpir el mayordomo ingresó anunciando a los duques de Montrose, llegaron con Iona. Y no me aguanté.