08. Ya no huyas

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No sé por qué he venido aquí si no me atrevo a golpear la maldita puerta. Pero cualquiera en mi lugar también se lo pensaría dos veces, ¿verdad?

La casa de mis padres siempre me ha inspirado un miedo atroz. Es gigantesca e intimidante, como todas las personas ahí dentro. A ellos les importan muchas cosas menos el amor o la familia. Solo el dinero, linaje y poder.

Claramente yo no pertenezco aquí, y era cuestión de tiempo para que buscaran una excusa y se deshicieran de mí. Ya lo tenía asumido inconscientemente, pero de todos modos me dolió demasiado y no había estado preparado para eso.

He llegado aquí con un par de propósitos. Ni bien he bajado del autobús, lo primero que hice fue venir aquí. Solo que ahora no sé si en realidad soy capaz de atreverme a dar la cara y enfrentar a mi familia.

Me gustaría ser valiente como BaekHyun, lógico como ChanYeol, o tenaz como JongIn. Quizás hasta tener el sentido del humor ácido de JongDae; haberlos traído a alguno de ellos conmigo para que me ayude a enfrentar a mis padres y toda esta situación de mierda en general. Sin embargo, sé que no valgo el tiempo de ninguno de ellos y que esta guerra es solo mía.

Ahora, si solo me atreviera a comenzar la batalla.

Siento que si se hubiese tratado de cualquier otra situación, yo podría hacerlo, enfrentarlos. De verdad. Pero no con ellos, no con mi familia. Me he esforzado toda mi vida para no ser tratado como la puta decepción del linaje, y sin embargo no lo he conseguido jamás. Nunca obtuve el respeto que me merezco de su parte, solo por el hecho de que no soy un Alfa como ellos.

Odio tanto haber nacido así. Y, sin embargo, no lo cambiaría, porque ahora hay un bebé dentro mío. Mi bebé, y de BaekHyun, la persona que amo... y que me odia.

Siento unas ganas terribles de llorar. BaekHyun me odia. Solo le interesa el bebé. ¿Seré capaz de conformarme con tan poco sin romperme en miles de pedazos?

Nadie me ama en este mundo podrido. Y quizás sea tan mal padre que hasta mi bebé termine odiándome también.

Dejo que un sollozo escape de mis labios. Me siento perdido, y solo. Necesito alguien que me entienda y me de consuelo.

Mis pies me hacen retroceder del pórtico y, antes de darme cuenta de lo que estoy haciendo, voy rumbo a la casa de mi hermana mayor.

***

—Entonces, recapitulemos.

Suspiro y dejo que SooYoung toque mi vientre por milésima vez en el día desde que llegué. Antes de ayer, nos pusimos al día acerca de todo y yo caí rendido debido al agotamiento —tuve casi diez horas de viaje—; ayer ella tuvo que ir al trabajo, pero hoy finalmente podemos hablar como personas civilizadas. Y ella, como toda Alfa protectora, no para de tocar mi vientre y fijarse que el bebé esté bien. O quizás solo está muy fascinada con mi vientre.

—Tienes a un bebé producto de una cogida de una noche con la persona que se supone que detestas desde los ¿doce? ¿Trece? —Asiento y ella continúa—. Te fuiste a vivir con él, quien dijo que se haría cargo de los dos. Se tratan como la mierda, él te confunde, te ha marcado luego de tener sexo desenfrenado, te dijo que se arrepiente pero en el fondo no sabes de qué y ahora has huido a casa para ver si la familia te quiere ayudar y así no depender de tu Alfa.

La vergüenza barre con fuerza mi rostro, cuando mi hermana lo pone así ya no suena tan bien como se oye en mi mente.

—Eres una auto-víctima —declara SooYoung, quien nunca tuvo pelos en la lengua para decir lo que piensa—. Crees que el mundo está en contra tuyo, buscas el pelo al huevo para creer que todos te están atacando y así poder huir. —Ella se acomoda mejor en el sofá y me mira con tristeza—. Hunnie, ya han pasado tres días desde que te fuiste y apuesto mi vida a que tu Alfa está a punto de volverse loco. Lo mejor sería que regreses a casa con él.

Si no fuera por él ➵ BaekHunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora