—¿Qué haces?—preguntó Louis confuso al ver a su amigo rizado vestido con ropa casual en vez de cómoda, como todas las noches. Solía llevar un fino pijama, pues ya estaban casi en verano, o algo similar.
—Voy a la fiesta.—respondió en un tono normal, despreocupado de la reacción que provocase su acción, con tanta seguridad que parecía que se tratase de lo mismo que hacía todos los días.
—¿Estás de coña?—rió. Realmente creí que iba en broma, que lo había dicho con sarcasmo, mas cuando vio su rostro supo que no era así, entonces el suyo torno a serio—No.—dijo rotundamente.
—No eres mi padre. Además, voy con Niall y...—paró antes de continuar, pues iba a confesar que el rubio tenía novio; cosa que nadie podía saber, había confiado en él para confesarle muchísimas cosas, no podía decepcionarle aunque fuera para decírselo al chico que le gustaba.—y Justin.—finalizó.
—Eso es definitivamente la peor idea que has tenido.—negó una y otra vez con la cabeza.—Entonces yo no iré, estoy en huelga.—se cruzó de brazos a la vez que se sentaba en su cama.
—Está bien.—se encogió de hombros mostrando indiferencia, al fin y al cabo, había quedado con su mejor amigo, no con el otro.—Quédate aquí, pero no fumes mucho, mi foto te estará vigilando.—soltó una leve risita.
Antes de que se llevasen a Harry por verle con cajas de cigarros, el mayor le había fotografiado. Zayn le regaló una cámara Polaroid de color azul agua por su último cumpleaños, realmente se la intercambió a uno de los internos por droga, no la había utilizado desde entonces así que tenía el carrete completo. Una noche, mientras el ojiverde dormía, decidió sacarle una foto. El de cabello liso le había dicho que la tenía colgada frente a su cama para reírse de él, mas no era esa la razón. La noche que habló con él decidió ponerla allí para mirarla mientras conversaban. Luego la dejó porque se veía muy lindo, aunque la escondía cuando entraba su novia o alguna monja. La miraba todo el rato, sobre todo cuando estaba triste, todas las demás madrugadas, para mantener la tradición, o cuando fumaba un piti para recordar que debía parar por la mitad.
—No lo has entendido, yo me quedaré y tú también.—se colocó en la puerta impidiendo el paso como si fuese un guardia de seguridad.
—Pareces un crío.
—Tú lo pareces.
—Por favor, Louis, todo el mundo ha ido allí o al menos conoce dónde está, todos menos yo. No soy un niño pequeño.—hizo un pucherito con sus labios, sabía que ese gesto era su debilidad.
—Ese lugar no es para ti, la oscuridad y la luz no se deben mezclar.—no le miró, sabía que entonces le sería imposible decirle que no.
—Siempre estás con lo mismo.—bufó.
—Y llevo razón, ¿Acaso ya has olvidado cuando te llevaron a no sé dónde por tener mi tabaco? Apenas ha pasado una semana desde que volviste y ya quieres meterte en la boca del lobo.—reprochó jugando con sus dedos, eso le distraía de observar los ojos esmeralda.
Sinceramente, ambos tenían razón. El de rizos se sentía como el eslabón más débil y vulnerable. Todos pasaban las noches de parranda, era lo poco que les quedaba a lo que acogerse de su antiguo vida. Había escuchado algunas anécdotas sobre las fiestas, parecía algo muy divertido que quería probar, quería sentir la adrenalina. Había perdido la esperanza de salir de allí algún día, había perdido poder ser un joven normal. Nunca iría a un botellón, ni a ninguna de esas mierdas que tanto amaban los chicos de su edad, así que eso era lo más parecido que tenía. Sólo pedía una noche, percibir todas esas sensaciones que tanto había oído.
—¿Qué significa ese tatuaje? ¿Por qué solo hay medio corazón?—preguntó descaradamente.
El de esferas celestes era un amante de la tinta grabada en la piel. Sin embargo, no tenía muchos; puesto que los que habitaban en su cuerpo se los habían hecho antes de entrar allí, con dieciséis años. Unos tatuadores que apenas estaban empezando y con pocas referencias, era arriesgado mas eran los únicos que tatuaban a un menor de edad al que sus padres no le habían consentido estar allí. Siempre recordaría ese día, se sintió mayor y poderoso, como si fuese capaz de cualquier cosa. Cuando llegó a su casa le echaron la bronca del siglo, nada le sirvió como escusa ya que no se le ocurrió ninguna lo suficientemente creíble. Recordaba perfectamente que, después de el monólogo por parte de sus progenitores, fue a su habitación para reírse en silencio.
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lune décroissante {LS}
Fanfic☾ luna menguante Fanfic Larry. Porfa no t copies ni nada<3