Las mañanas para mi siempre son monótonas, como una canción que reproduzco en mi día a día. No es como si fuera entretenido en absoluto, porque la rutina siempre es la misma: levantarme, que Nathalie me diga todas las cosas que tengo que hacer (cosas que están establecidas por mi padre, sin importarle un carajo si me gusta hacerlas o no), desayunar solo en la cabecera de la mesa, sin nadie que me acompañe, en medio del silencio que me causa un torturante vacío,y finalmente que gorila me esperará afuera para llevarme al instituto.
Así fue mi rutina desde que tenía catorce años y aún con diecisiete me sigue pareciendo aburrido. Lo más entretenido que me puede ocurrir en mi amargada vida es ir al instituto e interactuar con otras personas, y que Shadow Moth enviará villanos para combatir, viendo al fin a My lady, cosas que me sacan al menos por unas horas, del ambiente tan frío y hostil en el que vivo.
El invierno comenzó hace a penas unas semanas y, mientras me llevan hacia el instituto, miró por la ventana para ver como la nieve cae lentamente, cubriendo a mi querido París de blanco.
Gorila frena el auto al ver que el semáforo está en rojo y en ese momento, mi compañera de clases y mi buena amiga Marinette pasa caminando por la vereda del frente, con una bufanda que le tapa la mitad de su tierna cara.
No pude evitar preguntarme qué hacía a estas horas de la mañana lejos de su casa, considerando que el instituto le queda cruzando la calle y que ella siempre llega tarde.
- Espera un segundo. - le dije a Gorila y me bajé del auto. - ¡Marinette! - grité, a lo que ella se giró a verme mirándome con sorpresa. Se corrió en mechón de cabello que tenía en su rostro.
- Ah, hola Adrien, ¿qué pasa? - me preguntó, y entonces bajo un poco su bufanda dejándome ver el resto de su rostro.
- ¿Quieres que te lleve? - le mostré el auto. Estaba muy consciente del frío que estaba haciendo afuera.
- No quiero molestarte, yo puedo llegar sola.
- No me molestas, jamás lo harías.
Ella arqueó una ceja, mirándome como si me estuviera haciendo un escáner. Hizo una sonrisa maliciosa, cosa que me confundió.
- Esta bien. - respondió y se acercó hacia donde estaba. Le abrí la puerta del auto y después de que entrara, entré yo.
Me volví a hacer la misma pregunta, ¿qué hacía lejos de su casa a esta hora de la mañana?, ¿acaso mi buena amiga había cambiado sus horarios?
- ¿Y qué hacías alejada de tu casa? Sé que no sueles levantarte temprano y tu casa queda cerca. - No pude aguantarme la curiosidad.
Dejó de mirar por la ventana, pareciendo que la saque de sus pensamientos. Qué estaría pensando esa cabecita.
- Oh, yo...yo...- balbuceó. No era nada nuevo, por alguna razón solo lo hace cuando esta conmigo. - Estaba con Alya, ya sabes, cosas de chicas. - me sonrió con nerviosismo.
Pero por algún motivo sentía que ella no estaba siendo sincera conmigo. Algo raro había en ella.
- ¿Segura?
- Claro...
- No pareces muy convencida.
Tuve la sensación de que una rara energía venía de ella, una energía algo pesada. Su rostro expresaba algo de irritación, por lo que pensé que estaba siendo muy molesto.
- Lo siento, no quise que te sientas incómoda.
Siendo honesto,muchas veces siento que la pongo incómoda y eso me hace pensar que soy un completo idiota.
- No te preocupes, Adrien. Suelo levantarme con algo de mal humor por las mañanas.
- Entonces tenemos algo en común. - le guiñe un ojo.
Al llegar al instituto salió del auto sin decirme una palabra y caminó hacia el aula, yo traté de seguirle el paso para llegar juntos, pero esa chica parecía ser increíblemente rápida.
Entré después de ella, topandome con una escena extraña.
- Marinette, ¿me estás escuchando? - decía Alya agitando su mano derecha en el rostro de su mejor amiga, haciéndole dar un respingón. - ¿Me estás ignorando?, ¿por qué no me saludas?
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"El secreto de Marinette"
FanfictionAdrien comienza a notar ciertas actitudes en su amiga de coletas, actitudes que le producen desconcierto. Algo dentro suyo le dice que esta esconde un secreto, un secreto...oscuro. Por alguna razón, no le da una buena espina. ¿Cuál es el secreto d...