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— Yo a ti te mato

— No si lo hago yo primero. — Preparo la pistola, estaba algo nervioso por la reacción tan violenta de su amigo.

Era como ver dos chihuahuas peleándose, pero allí estaba el enano plantando cara a lo que podía considerar su mejor amigo.

Keith estaba girando la cuerda que sostenía su micrófono, dando vueltas para usarlo como arma, frente a este se encontraría un sicario con arma en mano.

— Por dios, sólo dije que podía cambiar el vestido de vez en cuanto. — Pico estaba mirando la escena con cierto fastidio. — ¿Todo bien en casa? ¿Tomo su danonino?

— ¡A mi novia no le hace  sentir mal ni Dios! — Parecía que vender como si fuera ganado, allí estaba exaltado, incluso la tomo para acercársele al sicario a su pareja.

— Chicos estoy bien..., no hace falta ponerse agresivos. — La chica era la que menos entendía todo esto. — Amor no hace falta, él tiene razón — Trato de calmarlo apretujandolo entre sus brazos.

— Pero si te llevan diciendo todo el día eso la gente... Tu eres preciosa amor. Me duele que no te aprecien como se deben... Primero el rancio, luego el pijaslarga, luego el sicópata y finalmente este sujeto.

— A ver crío, es normal, no todos le gusta la pata negra, si parece un   chorizo todos los días.  — Comentó el mercenario para asentir, guardo con cuidado el arma viendo que la chica estaba de su lado.

El chico quería extranfularle, pero era calmado por las caricias  de su pareja.

— Iba poner otra cosa, pero voy a ser realista, hoy me daba mucha pereza arreglarme 5 horas para algo que dura ni 3 minutos por canción.

— ¿Ya te dieron algo para la rabia? — Acariciaba la cabeza a su enano, este le mordió la mano en respuesta. — Ginny ¿Seguro que te gusta este sujeto? — Pico tenía serías dudas de como estos dos eran pareja.

— Sí... Aunque este peor que tú lo quiero mucho, sorprende cuando quiere — Suspiro un poco la joven, el joven solo mira a los dos con una sonrisa algo boba.

— Tu eres tonto de nacimiento Boyfriend.

— Lo sé.

Quizás paso un par de minutos cuando nuevamente la pareja se daba de besos. Pico solo se llevó la mano a la cara.

— Son tal para cual... Normal que sean tan subnormales. — La pareja miraba a su amigo.

Se quedaron ahí quietos, tanto miramiento le ponía hasta nervioso, se acercaban lentamente a él, no le gustaba como iba acabar esto. Pero no pudo, fue apresado por los abrazos de sus amigos.

— Igual le queremos también — Contesto la pareja a la vez.

Así era un día normal, Pico solo tenía en mente en buscar el número del manicomio más cercano.

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Adicto a ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora