Capítulo 45 (Editado)

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Capitulo 45

Dimitri no dejaba de tirar maldiciones. Todos en la sala lo miraban con miedo. Nunca en sus vidas lo habían visto tan enojado, y ya tenían trabajando bastantes años junto a él.
La sentía en peligro, y todo era su culpa. Su maldita culpa. Claro que lo era, como siempre debia de estar más atento. Debía de cuidarla más. Dijera lo que dijera. Cualquier persona que lo conocía sabía el amor que le tenía a Maya y eso precisamente era la razón por la que en ese momento ella se encontraba en peligro.

De pronto se sintió solo, demasiado perdido. Tenía miedo. Miedo de que el mundo fuera tan cruel a causa de sus actos y se la arrebatará de las manos para siempre. Miedo de las palabras que tantas veces su padre le repetía. Porque sí, sea como sea, de la manera que lo vea: su padre tenía razón. En ese momento, sintiendo todo la sentía en su interior lo supo.

No sabía pero todas y cada una de sus conversaciones llegaron a su mente. Sus consejos por así llamarlo volvieron a él haciendo que su pecho se cerrara de forma repentina y dolorosa. Aunque en realidad siempre fueron amenazas disfrazadas que ahora veía con mejor claridad.
Si que la había tocado una vida difícil. Una vida de mentiras de dolor y de abandono en su totalidad. Una vida que él para nada pidió, que él nunca imaginó llegaría a vivir.



Las personas como nosotros no nos podemos enamorar. —



Era cierto. El amaba a Maya, la ambas más que a su propia vida. La amaba de esa manera linda que quieres todo lo que contenga, que quieres verla feliz en su totalidad. Y tristemente se dió cuenta que lo menos que le ha brindado en todo ese tiempo era felicidad. Sus malos actos, sus malas decisiones, todo llevaba a que ella lo odiara internamente, aunque sabía que era tan buena que no lo gritaría a los cuatro vientos. Dimitri se había equivocado, mucho y ahora uno de esos tantos actos estaba apunto de acabar con él por completo. Porque sin ella él ya no tendría motivo para seguir.

Se hizo el silencio durante unos instantes.

—Llegamos. —dijo el hombre que lo acompañaba un segundo después.

Él sólo asintió. Viendo todo con mucha atención. Todo estaba lleno de recuerdos. Todo estaba lleno de dolor. Desde que entró al pueblo lo sintió. Como una ola de tormentos. Un mar de sufrientos. Y en su memoria, oculta ante diez barreras, estaban sus recuerdos más preciados. Todos protagonizados por ella: su ángel de ojos castaños.
La primera vez que la vio. La primera vez recordándola sin el querer, su primer contacto visual, su primer beso.
Lo recuerda tan claro y tan doloroso a la vez. Porque los recuerdos que más nos duelen son esos actos que más nos hicieron felices. Por el hecho de no saber aprovechar o por el hecho de saber que no volverían a ocurrir.

Soltó un suspiro. Estaba ahí. Con miedo, tal vez herida, con muchos traumas. Y todo era su culpa. Claro que lo era, su culpa por meterla a una vida que ella no merecía. Una vida en la cual ella no debía de estar implicada de ninguna manera.
Porque era cierto. Maya era una persona que vivía una vida diferente a la que merecía. Padres que la amaban y sólo querían su bienestar, amigos que la apoyaban en todo momento, una joven que reía alto y fuerte en todo momento.
Dimitri le había quitado parte de su juventud por el capricho de quererla para él solamente. La había obligado de cierta manera a renunciar a cosas que ella jamás debió de permitir solo por hacerlo feliz. Y eso era una jodida mierda. Él lo era en realidad.
Sin darse cuenta y sin ella tener otra salida, Dimitri le había impuesto una vida distinta solo porque no estaba feliz con la que le había tocado a él, en ese instante pudo entenderlo. De igual manera entendió que todo estaba perdido y que no había nada que él pudiera hacer para remediar la cosas.

—Quedate aquí y cuando la veas salir llévala a un lugar seguro. —respiró hondo. Ya no había nada del hombre fuerte que había sido durante tantos años. —Lejos de todos. —lo miró a los ojos con un tanto de dureza disfrazada. —Cuidala. Si me tienes un poco de respeto, cuídala con tu vida.

Punto débil © (Versión Corta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora