Rubatosis | ChanBaek

06. Chapter six

Era 25 de enero, al fin, el sábado en el que irían a recrear la ruta del último día que recordaba ChanYeol. Habían pasado dos días desde que BaekHyun lo sugirió, dos desde que la madre del mayor sabía que estaba muerto.

La información y foto de ChanYeol habían dejado de aparecer en la sección de desaparecidos en la televisión, ambos supusieron que la madre del mismo dio aviso de que dejaran de buscar. El chico ahora solo estaba "vivo" para BaekHyun, pero no parecían disgustados por eso.

Habían sido dos días agradables para ambos, BaekHyun podía conversar más con alguien y ChanYeol se sentía menos perdido en el mundo con el chico a su lado, pero no podría ser de otra forma cuando era el único que podía verlo.

Durante el tiempo que estuvieron juntos, la mamá del castaño no había pronunciado palabra alguna respecto a ChanYeol, pero no le daban importancia, había veces donde su madre no veía lo que BaekHyun porque ella ya tenía más experiencia controlando su don, cosa que él no pues nunca quiso recibir el entrenamiento de ella, tenía la esperanza de que entre menos supiera de todo eso podrían irse, hacer que nada nunca pasó, pero estuvo tan equivocado.

Había desayunado, tomó su billetera, una mochila donde introdujo un abrigo y una libreta con pluma que ChanYeol insistió en llevar por si recordaba algo. Partieron a las 12:00pm, el camino hasta el estadio era largo, casi dos horas, además necesitaban ir observando todo si querían que ChanYeol pudiera armar su camino, cosa a la que BaekHyun no apostaba. Empezaba a sentirse algo culpable de usar a su favor algo en lo que el chico le tenía mucha fe, pero intentaba no darle muchas vueltas.

—¿Por qué llevas eso puesto? —preguntó ChanYeol al ver como BaekHyun se colocaba un audífono en el oído derecho.

—Así podremos ir hablando sin problemas, la gente creerá que estoy en una llamada con el manos libres, nos evitamos ir susurrando o que quede como un loco.

—Eres un chico muy listo, BaekHyun, muy listo —aseguró y finalmente, partieron de casa de BaekHyun.

El trayecto de ida había sido muy ameno, en el transporte se volvían dos horas no tan pesadas y para su suerte, el plan de BaekHyun con los audífonos sirvió ya que podía responder las preguntas de ChanYeol sin sonar como un loco, claro, evitando preguntas o respuestas que incluyeran cosas como "antes de que murieras" o "cuando vivías".

Sin embargo, de regreso deberían ir caminando para que Park pudiera irse adaptando al entorno y relacionarlo con cosas de ese día, su última parada antes de irse a casa sería la estación de autobuses, donde era el último recuerdo del chico dejando a su amigo ahí.

Al bajar del autobús lo primero que hizo el más joven fue estirarse, empezaba a pensar que si quería ganar más tiempo debía haberse pensado algo menos agitado, pero no, ir hasta el estadio, ¿En serio? Ni siquiera él mismo iba por diversión, de hecho, no le gustaba para nada el fútbol así que agradecía al menos no hubiera un evento ese día o de lo contrario se verían rodeados de un montón de gente gritando desde las calles.

—Muy bien, ChanYeol, empezamos desde aquí —comentó el castaño mientras sujetaba las cintas colgantes de su mochila—, desde este punto te sigo a ti.

El mencionado frunció sus labios mientas observaba hacia su alrededor, intentaba recordar si ese día habían ido directamente a la estación o si se habían desviado por cualquier otra razón.

—Esa tarde el partido terminó con una mayoría de espectadores molestos, el equipo había perdido, recuerdo que KyungSoo estaba vuelto furia diciendo que ya deseaba llegar a casa a ser relajado por el ronroneo de sus gatos, yo estaba feliz, había hecho una apuesta con él donde por una mala elección en el juego cara o cruz de la moneda, él tuvo privilegio de elegir el equipo a su favor, tuve que quedarme con el restante y aún así gané; creía que era mi día de suerte —el chico sonrió de medio lado antes de observar hacia su derecha—. Caminamos en dirección hacia los autobuses, KyungSoo realmente quería irse luego de tanta burla que le hice, es un mal perdedor y yo un mal ganador, lo admito.