━✧One Hundred Forty-Three✧━

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Carlisle Justiniani

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Carlisle Justiniani

—¡No tiene por qué ser así! —Le grito a la persona que me escucha del otro lado del móvil, tal vez no queriéndole gritar a él, ¡Por Dios! nunca le gritaría a él, pero es que odio que las cosas se me salgan de las manos, justo como ahora.  Detesto no poder tener la solución para esto y eso me está consumiendo, arrastrándome a un abismo de ira.

¡SERÁ ASÍ Y PUNTO, NO LO PONDRÉ EN DISCUCIÓN DE NUEVO, ALIJHA! —su tono de voz me deja tensa.  Nunca había hablado así, no conmigo, jamás con su hija, jamás con su familia y eso es un claro ejemplo que la situación se nos escapa de las manos, a ambos.

—¡Está bien! 

Nunca he sabido manejar estos momentos, al menos no cuando se trata de Jhabed o cuando el tema es demasiado delicado.  La rabia que estoy enfrentando ahora mismo me hace la sangre hervir, siento el cuerpo temblar y necesito controlarme antes de que esto me controle a mí y termine haciendo lo que no deba hacer.

Empiezo a rebuscar entre mis cajones y chaquetas, tratando de encontrar un Pall Mall, pero resulta ser, que ya no tengo, opto por la verde de piel blanca arena y gruño al ver que desgraciadamente, tampoco tengo.

Decido ir a comprar, tratando de desestresarme en el proceso que voy conduciendo, pero lo único que logro, es cabrearme más, puesto que el único lugar donde venden éstos, está cerrado.

¡Gracias Carvajal!—me sale en un quejido entre dientes

No me quedan más opciones, mas que recurrir a mi espacio despejado, que no tiene el mismo efecto que un cigarro, pero respiro aire puro y puedo estar en paz por un rato, sin pensar en nada y sin que nadie me joda o atormente.  Es ese aquel lugar donde lleve a Nahin...

Y es así como cambio mi ruta, hacia la casa de los Pines, rogando que su madrastra no se encuentre, aunque si está o no, me da igual.  Yo solo tengo una solo cosa en mente, distraerme.

En cuanto me abre la puerta, diviso su rostro de sorpresa.

—Hola—deposita un beso en mi frente—no te esperaba

—¿Luan está? —pregunto rápido en lo que él me deja pasar

—no ¿Por...

No lo dejo terminar de hablar, ya obtuve la respuesta que quería, así que, de inmediato busco sus labios, besándolos con dominio, pero me molesta más que no lo corresponda al instante.

Me sigue el beso y es cuando empiezo a desabrocharle la camisa.

—No hay porque tener prisa—susurra, pero ignoro sus palabras, sacándole la camisa y volviéndolo a besar.

—Carlisle... —trata de hablar, pero le aprisiono el labio en una mordida que lo hace chillar.—Eso dolió

Sigo ignorando sus palabras y empiezo a desabrochar su jean con rapidez.

Lullaby: Don't break 《REESCRIBIENDO》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora