Capitulo Dieciseis

3K 162 1
                                    

Ya había pasado una semana, larga y agotadora, pero aunque me costara horrores seguir adelante lo hacía, siempre era la misma rutina, me levanto, trabajo, vuelvo a mi casa, duermo, si tengo hambre comó, pero eso sucede pocas veces, volví a bajar de peso, los mismo cuatro kilos que había subido, Sawyer estaria algo enojado y decepcionado, es loco que aún me importe lo que el piense, pero no me puedo olvidar de la persona que amo.

-¿Que tal si salimos?.- Dijo Leila entrando a mi oficina.

-No, gracias.- Sonreí y volví a mirar a la pantalla.

-Gi ¿Como era el apellido de Sawyer?.- Mire confundida.

-Hamilton ¿Por qué?.- Pregunté curiosa.

-Mmm.- Dudó.- Llamo a la oficina hoy.- Mire boquiabierta.

-¿Que le dijiste?

-En ese momento te habías ido, le dije que llamara mas tarde.- Dijo casi en un susurro y el telefono sonó.- Atiende.

Levante el telefono temerosa:- Brooks Corporeight.- Dije bajito y su voz se hizo oír.

-¿Gina?.- Debo admitir que extrañaba su voz.- Escuchame..- Lo interrumpí.

-No vuelvas a llamarme.- Corte y me frote la cara con ambas manos, frustrada, cansada, enojada conmigo misma, lo extraño mas de lo que pensaba.- Dile a mi padre que me siento mal.- Tomé mi chaqueta y salí de aquella oficina.

En verdad me sentía mal, como si las paredes se cerraran a mi al rededor ¿Por qué eran tan dificíl superarlo? ¿Por qué me enamore de el? ¿Por qué me llama? Estoy harta, hasta la coronilla de no obtener ninguna respuesta, el consiguio lo que quería, no entiendo nada, me enoja conmigo misma.

-Mama ayudame.- Dije mirando al cielo.

Si, algo idiota, pero aún como una niña pequeña, creo que mi madre me escucha, no pierdo las esperanzas, algún día la voy a volver a ver y ella me respondera todas las preguntas que nunca tuvieron respuesta.

Llegué a mi casa y me corte ambas muñecas, esta semana lo había echo muy seguido ¿Pero a quien le importa? ¿Verdad?

Me acoste en mi cama con ambas manos vendadas, me daba asco ser yo, estaba flaca, demasiado, mis muñecas cada vez tenían cortes mas profundos, todo por un amor, mi cara se ve fatal, como si no hubiera dormido en unas largas semanas, pero solo era que muchas lagrimas habían caido de mis ojos. Hoy decido cambiar, no puedo continuar mi vida así, tengo que empezar a comer, a subír todos los kilos que baje en esta semana y media, creo que son unos cuatro o cinco, estoy pesando lo mismo que una niña de dieciseis. Tengo que dejar de cortarme, sonreír, salír, actuar acorde a mi edad, Sawyer no es el primer chico que destroza mi corazón, tampoco creo que sea el ultimo, tengo veintitres años, aún soy joven y tengo una vida por delante, quiero formar una familia, con alguien que en verdad me quiera, aún así seguire amando a Saw. Pero tengo que aprender a amarme a mi misma, pero no puedo odiarlo, mis sentimientos estaran intactos, pero tengo que seguír.

Me levante rapidamente de la cama y baje con una sonrisa, mi padre no estaba, supongo que estaría con Caroline. Entre a la cocina y allí se encontraba la que alguna vez fue mi nana, Helena, le sonreí, ultimamente no tenía conversación con ella, le había contado todo lo sucedido y ella supo darme mi tiempo y espacio, cosa que mi padre ultimamente no hace, pero es entendible, soy su hija, es normal que quiera saber la razón de mi llanto a las tres de la madrugada, pero no voy a hablar de amor con mi padre.

-Holaaa.- Alargue la "A" como cuando era niña.

-Hola, pequeña.- Sonrió.- ¿Como estas?

-Con hambre.- Río y me puso un plato de pastas delante de mi.- ¿Tu?

Niñera de mi vecino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora