Capítulo 41. Desveladas

417 52 52
                                    

Luego de haber terminado con sus días ajetreados con reuniones, firmas de contratos, ver a los proveedores y demás, por fin podía ir a casa para descansar un rato hasta que los gemelos despertaran o tuviera encima a su esposa pidiendo que le diera mimos, por todas las hormonas que seguían en su cuerpo se había vuelto más cariñosa.

Cuando volvió a casa había mucho silencio lo cual resultaba bastante extraño en esa casa pero ahí supo por Magda, que su madre vino por los chicos, Vicky había salido con unas amigas y que Altagracia estaba arriba en el cuarto de Gabi con ambos bebés, los hermanitos no conseguían dormir separados aún entonces Altagracia los acostaba en la misma cuna de algún cuarto.

Ahora estaban en el de Gabi, ayer era el de Bruno, subió las escaleras en los que se aflojaba la corbata un poco, una vez se encontraba frente a la puerta se sorprendió al encontrar más silencio, los gemelos dormían al igual que Altagracia, por lo visto se acomodó en el sofá esperando el momento para irse ya que si hacías ruido cuando dormían despertaban al segundo, la solución que encontró era quedarse por unos minutos.




- Mi amor... – susurra agachandose – Vamos a la cama

- Uhm? – murmura estirándose un poco – Llegaste... – sonríe – Que hora es?

- Tres de la tarde – la ayuda a levantarse – Vamos a que descanses bien

- Pero se van a despertar – susurra

- Linda están bien dormidos – sonríe

- Es que con ellos no te puedes fiar – se levanta – Deja los reviso tantito

- Ve al cuarto – le entrega la bocina – Los reviso y tú puedes escuchar todo pero ve a la cama, tienes una carita que pide a gritos dormir – acaricia su mejilla

- Tú también – cierra los ojos por unos segundos

- Ahorita te alcanzó – besa su frente

- Bueno – suspira cediendo – Pero si lloran vendré

- No van a llorar – ríe bajo




Luego de que ella se fuera a recostar, aprovecho para checar a los gemelos, ellos dormían muy agusto boca abajo así se evitaba que se atragantaran pues normalmente los bebés vomitaban un poco y al estar boca arriba sería fatal, en fin los cobijo bien antes de salirse de allí con extremo cuidado para que no se despertarán y fue al cuarto donde su esposa abrazaba la bocina con los ojos cerrados.




- Ay mi amor – sonríe negando quitándoselo

- No... – se queja bajo

- Shhh, lo pondré aquí en tu mesita de luz – acaricia su cabello – No dormiste nada verdad

- Fue una noche difícil – abraza la almohada – La mañana también

- Mi amor quedamos que nos turnariamos – se acuesta a su lado trayendola cerca

- Tenías que ir temprano a la constructora, además era tu último día – bosteza – No voy a morir por encargarme hasta que llegarás

- Bien, esta noche me toca entonces – la cobija – Ahora duerme, aprovecha que en casa no hay casi nadie

- Eres el mejor marido del mundo, sabías? – se gira para usarlo de almohada – Te amo mucho...

- Y yo a ti – soba su espalda




Mientras ella dormía unas horas merecidas, José Luís se encargo de recibir a los chicos cuando llegaron de su pequeño paseo con la abue, en lo que merendaban el charlaba un poco con su madre, debido al trabajo y los gemelos no pudo hablar seguido así de frente con ella pero si siempre por mensaje o llamadas, luego de que se fuera le toco perseguir a Sofí para meterla a la ducha.

Con Matías no tuvo ese problema por suerte, ya cuando ambos andaban limpios Vicky llego a la casa, se encargo de distraerlos en la sala con video juegos mientras que el averiguaba sobre la cena, para su sorpresa Magda ya se andaba encargando Altagracia propuso un menú para esa semana junto con los chicos, quería que desarrollarán un gusto por lo sano sin tener que imponerlo, cuando no llegaban a un acuerdo tocaba negociar.

Reviso el menú por mera curiosidad, de verdad le pareció un gran logro que los chicos aceptarán tantos vegetales, claro que el fin de semana tenían permitido comer cualquier otra cosa, la palabra "libre" en plumón lila resaltaba en esos dos días, eso hizo que sonriera un poco, dejo el menú pegado a la nevera como estaba antes al escuchar el llanto de los gemelos, probablemente necesitaban un cambio de pañal, no es por presumir pero ya era un total experto.

Bueno tener dos bebés te volvían experto en menos de dos días, luego de cambiarle los pañales se encontró con su esposa apoyada en el marco de la puerta, se notaba que descanso bien ya que tenía el cabello algo enmarañado y se veía mejor, la mando sentarse en el sofá mientras mecía a Gabi pues era la única que aún estaba llorando, aunque era sólo berrinche pues no quería seguir acostada, por otro lado su hermanito no tenía problemas con seguir durmiendo.




- Deberías seguir en la cama mi vida – acuesta sobre su hombro a Gabi luego de colocar una toalla de mano allí

- Ya dormí suficiente cielo – peina su cabello con los dedos – Además debo estar cerca, si lloran una vez más – mira sus senos – Tendré que cambiarme

- No voy a olvidar esa primera vez – ríe – Era una bonita blusa

- Lo sé – asiente – Se pudo recuperar al menos, aunque ahora sólo veo la mancha de leche

- Aléjate de tu Vietnam – se burla

- Cállate que armaste muchos alborotos también, te acuerdas cuando Bruno te vomito en esa camisa tan cara – se recarga en los cojines

- Es que si lo era, además tenía un junta en 20 minutos – niega

- Entonces no me juzgues – ríe – Bruno se durmió?

- Lo intenta – dice viendo dentro de la cuna – Pero su hermana no le deja

- Traela, tal vez tenga hambre y si no es así – extiende los brazos – Te la regreso

- De echo me sentaré ahí contigo – se la da – Tuve que correr mucho detrás de Sofía – se sienta

- No se quería bañar? – acomoda a Gabi quien se calla enseguida – Ves, era hambre

- Si pero antes quería jugar – sonríe – Cuando la alcancé acepto bañarse

- Si me hace lo mismo todos los días – toma la manita de Gabi – Creo que se siente algo desplazada y trata de llamar nuestra atención

- Ahora que estaré aquí en casa puedes pasar más tiempo con ella – sugiere – Era muy apegada a ti

- Aún lo es – asiente – Siempre anda detrás mío – ríe – Es chistoso porque estoy con uno de los bebés en brazos y ella atrás dando brinquitos

- Es tan tierno – sonríe – Mamá pata y sus patitos

- Awww – lo mira – Es verdad, porque luego aparece Mati preguntándome por sus tenis, están en el lugar de siempre pero nunca los encuentra

- Lo que tenemos es maravilloso – toma su mano

- Estoy de acuerdo, no cambiaría nada, incluso las desveladas – le da un leve apretón – Se siente bien tener a los peques

- Si – se inclina para darle un beso – Ahora que Gabi termine, la cuido y tú ve a ducharte

Por Casualidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora