Domingo 7 am.
Xingchen se prepara para salir, el sol aún no llega del todo, la temperatura es de 19 grados y ya se siente como el otoño comienza a llegar.
Este profesor de música sube a su auto rumbo al teatro donde ya sus compañeros y alumnos lo esperan. Pone un poco de música en las bocinas del auto, mientras da pequeños golpecitos en el volante, sabe muy bien que va ha buen tiempo.
Pronto la música para y una llamada entra en su móvil.
─"Si, Lang estoy a 5 minutos"
Cuelga y la música continúa, unos metros más adelante las vías del tren lo hacen detenerse cuando la aguja baja para impedirle el paso.
─Llegaré un poco tarde. ─se dice a sí mismo mientras continúa con el ritmo de la música en su móvil, la cual es superada por el sonido del tren.
Instintivamente revisa hacia ambos lados verificando estar en el lugar correcto, para colocar el freno de mano.
─¡¡Hey!! ─pronuncia con desesperación al mirar que a unos metros una niña intenta cruzar las vías. ─¡Detente!, ¡Se aproxima el tren! ─Gritó y gritó, pero ya el sonido del tren supera su propia voz.
Sin pensarlo salió del auto y corrió a toda velocidad hasta donde se encontraba la niña.
─¿Qué tratabas de hacer? ─la jala hacia él y es ahí donde puede notar que está ciega.
─¡Lo siento!, ¡Lo siento! ─disculpa la pequeña, una y otra vez.
Al escucharla y observarla es cuando se percata de lo estúpido que fue al pensar que la pequeña lo estaba haciendo de manera conciente.─Tranquila, todo está bien ya pasó, nena está bien. ─Intenta consolarla abrazando su pequeño cuerpo.
La pequeña está temblando de miedo en sus brazos, pero un gran estruendo se escucha en las vías.
Al girar su cabeza lo puede ver, su auto es arrollado por el tren, las piezas de este salen volando por todos lados.
─¡Señor no me deje! ¡Tengo miedo! ─la pequeña suplica aferrandose a su ropa.
─Tranquila aquí estoy, ─la consuela, pero un calor comienza ascender en su costado y continúa por todo su cuerpo.
Los sollozos de la pequeña se escuchan mientras la cabeza de aquel profesor comienza a pesar cada vez más.
─¡Señor! ¡ Señor! ─La voz de la pequeña se va atenuando.
Pequeños destellos de luz es lo único que puede ver mientras su conciencia va y viene.
(...)
─Señor..... ─la dulce voz de la pequeña lo hace volver a la realidad.
Pero el dolor se siente de manera aguda en su costado, es donde intenta sostenerse pero se da cuenta que algo se lo impide.
Vendajes lo atan a la camilla, tira una y otra vez de ellos pero no puede.─Vaya el chico maravilla despertó. ─Pronuncia un médico bastante optimista se encuentra en los pies de su camilla.
─Doctor, ¿Qué es todo esto? ─pronuncia mirándolo ─suélteme, no pretendo huir.El médico camina de un lado al otro revisando sus vitales y anotando todo en una hoja.
─¿Seguro que estás bien? ¿Seguro que no tendré que atarte otra vez?.
Estas palabras sorprendieron al joven maestro quien no deja de mirar con sorpresa su entorno.
Entonces el médico comienza a soltar los vendajes. Al mirar en la camilla de un lado se encuentra la pequeña a la que salvó, está dormida pero no parece estar lastimada.
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El Recuerdo De Lo Que No Fue.
Fanfictionse dice que cuando el cuerpo atraviesa por un dolor muy grande el cerebro se protege, y se engaña haciendole creer que todo está bien. en ocasiones lo hace de manera tan perfecta que luego no distingue entre la realidad o la mentira. este es el caso...