Amor Ilegítimo

Capítulo 1

Maldita sea.

Naruto golpeó con su puño la áspera corteza del árbol, deleitándose con la breve punzada de dolor que vino con la brutal acción. No le preocupaban los cortes ni las cicatrices; el Kyuubi arreglaría todo en cuestión de segundos, y tan pronto como lo hizo, volvió a golpear el árbol con el puño.

No es justo.

Sintió que cantidades minúsculas del siniestro chakra del zorro comenzaban a filtrarse, pero no le importaba un carajo. Con la forma en que se estaba sintiendo, no le importaría usarlo para nivelar a Konoha. Al menos entonces no tendría que ver sus rostros felices y sonrientes todos los días.

Ella debería estar enamorada de mí.

Pero no podía odiarlos. Eran dos de sus amigos más cercanos, y mientras fueran felices, él era feliz. O al menos, eso es lo que trató de decirse a sí mismo. Golpeó el árbol con el puño por decimoquinta vez y descubrió que con cada golpe el dolor disminuía. La parte de atrás de sus globos oculares estaba llena de lágrimas y, de repente, le costaba respirar.

¿Qué estoy haciendo?

Golpeó el árbol una vez más, mirando la profunda hendidura dejada en la corteza. Realmente fue injusto; después de apresurarse al país de las olas, diezmar a un Orochimaru reencarnado y traer a Sasuke de regreso a Konoha, se quedó sin nada. Sakura se había olvidado de inmediato del chico que la había protegido, amado y estado allí para ella durante años. Naruto rió amargamente ante sus pensamientos.

¿Qué había esperado? ¿De verdad pensaba que si le devolvía a Sasuke, ella lo amaría? Para empezar, era un sueño de tontos. Todavía podía sentir el profundo dolor en su pecho cuando los encontró a los dos besándose en la cima del Monumento Hokage; su lugar favorito. Si no supiera nada mejor, diría que se estaban burlando de él.

Estaba tan absorto en sus pensamientos que se olvidó de sentir el kunai dirigiéndose directamente a su espalda baja. El cuchillo le cortó la carne y se hundió profundamente en la zona blanda junto a la columna vertebral. Naruto maldijo en voz alta. ¿Qué tipo de shinobi era él si se dejaba expuesto a un ataque tan obvio? Sin embargo, quienquiera que hubiera arrojado el cuchillo tenía una puntería de mierda o no tenía la intención de matarlo. Haciendo una mueca de dolor, rápidamente sacó la hoja de su espalda y se volvió para saludar a su atacante, solo para parpadear sorprendido cuando una Tenten, obviamente enfurecida, se acercó a él.

Los ojos marrones oscuros de la niña estaban pegados al suelo frente a ella, y apretó los puños con fuerza a los costados mientras buscaba su kunai perdido.

No estaba teniendo un buen día.

Y eso fue quedarse corto. Desde que se levantó de la cama esa mañana, su día había ido cuesta abajo. Primero, su reloj despertador no había sonado esa mañana. Normalmente, eso no era tan importante ya que solo había entrenado con Neji, Lee y Gai. Sin embargo, esta mañana fue especial. Muy especial. La tienda de abarrotes local estaba teniendo una venta única en la vida, la mitad de lo que salía del negocio, y ella se estaba quedando extremadamente baja de fondos. Contrariamente a la creencia popular, los únicos shinobi que ganaban dinero de verdad eran los oficiales de ANBU.

No hace falta decir que para cuando llegó a la tienda, no había nada, absolutamente nada, en los estantes. Demonios, incluso la carne en lata oso estaba lleno, y nadie jamás comió esa mierda!